(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) ¿Cuántas cosas habrá ganado Argentina en ese penal? Imposible saberlo ahora, peor sí se puede cuantificar cuánto hubiese perdido. Basta ver la reacción de Franco Armani, llevándose el dedo a la boca, para acallar críticas, voces y mandar la mufa al diablo.

Al finalizar el partido, el arquero de River explicó su gesto: "Me saqué la bronca porque las pocas situaciones que nos crean los rivales terminan en gol. Me descargué, más en un penal, que era un momento decisivo para nosotros. Ahora vamos a darlo todo en el último partido. Vamos a clasificar", arengó.

"Hoy en día todos los pateadores te esperan hasta lo último. Lo teníamos estudiado, porque siempre los estudiamos a los delanteros, se tomó esa decisión y pude atajar el penal", se alegró el "1", que además explicó la jugada en que fue amonestado: "Yo fui a buscar la pelota. En ningún momento le pegué al rival. En ese impacto él sintió el golpe, pero en ningún momento fui a pegarle al jugador", manifestó.

Por último, Armani habló sobre su momento en la Selección y algunas críticas que recibe: "Yo estoy tranquilo, sigo trabajando. En cada club que estuve, ahora en la Selección siempre el comienzo fue difícil. Como todo, me costó pero estoy tranquilo y sigo pensando que las cosas van a salir bien y van a llegar", expresó.

Poco más tarde, en Instagram, su mujer, la colombiana Daniela Rendón, se sacó una foto de espaldas con el "1" de Armani y el Mineirao de fondo. A la imagen la acompañaba la frase: "Shhhh", bancando, claramente a su marido. Fue la noche de Armani, el hombre que evitó que la Argentina ya vea la Copa América por el espejo retrovisor.