(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Si hay alguien que se metió sólo en la Selección Nacional ese fue Franco Armani. Las actuaciones del oriundo de Casilda en River durante todo el primer semestre de 2018, incluido un partido granítico ante Boca, en la final de la Supercopa, y un partido en el que parecía que no había chance de hacerle un gol ante Racing, en Avellaneda, lo catapultaron directo Rusia 2018, pese a no haber sido parte del proceso previo. 

En el Mundial, Franco tuvo su chance ante Nigeria y ante Francia, después de un error "grosero" de Willy Caballero que costó un gol ante Croacia. Se fue con cinco goles en contra del Mundial y la sensación de no ser el mismo que en River. Ojo, la primera intervención fue un mano a mano ante Nigeria. Luego, poco pudo hacer en el penal. Ante Francia, en los cuatro goles que convirtió el Campeón del Mundo, poco y nada pudo hacer, excepto en uno, el del 3-2, el segundo de Mbappé. En el primero, quedó lejos en el penal de Griezmann, nada pudo hacer para evitar un auténtico golazo de Benjamín Pavard y no llegó a tapar el remate del del PSG en el 4-2. 

En el regreso de la Selección Argentina, ya con Lionel Scaloni y con la etapa Sergio Romero concluida, el de River tampoco pudo dar seguridad. Fue "partenaire" en los tres goles de Venezuela en Madrid y, en esta Copa América, nada pudo hacer en los dos tantos de Colombia ni en el gol de Paraguay. Ojo, el número de goles en contra ante remates en contra era lapidario, el hecho que todos los goles, o casi todos, llegaron gracias a fallas del sistema y del funcionamiento, también. Por ejemplo, quizás con un "5" de marca, el gol de Paraguay ayer se evitaba. 

¿Era injusto caerle a Armani? Quizás sí, pero bueno, el puesto de arquero tiene estas cosas. También es injusto pensar que no es merecedor del puesto. Una Copa Libertadores tremenda con River en 2018, con atajadas claves en absolutamente todas las llaves del mata-mata no dejan mucha opción. Esteban Andrada, de Boca, es hoy la gran competencia y el "Sabandija" flaqueó en partidos definitorios para Boca. Ojo, así como a Armani le llegan y le convierten, en gran parte por el mal funcionamiento, hay que decir que en Madrid y en Córdoba, ante Tigre, Andrada sufrió el mismo mal: errores colectivos que lo expusieron. 

Cuando llegó a River, Armani lo hizo siendo una especie de semi-Dios desde Atlético Nacional. Llegó para ajustar el momento de zozobra que vivió el arco "Millonario" tras la partida de Marcelo Barovero, a quién no le alcanzaron sus buenísimas atajadas y trofeos para llegar a vestirse de celeste y blanco. Con el dúo Batalla-Lux, el arco de River fue endeble. Con la llegada de Franco, eso se apuntaba a corregir. River pagó alrededor de u$s 4 millones para ejecutar la cláusula de rescisión y dio pie a una despedida a estadio lleno en el "Verde de la Montaña".

¿Fue siempre súper Armani en River? No, para nada. Primero ensayó algunas grandes atajadas ante Patronato, pero fue días después, en marzo, ante Boca en Mendoza, dónde empezó a gestar su propia leyenda. Fue clave para ganar la Supercopa, clave para ganar la Copa Libertadores y clave para ganar la Recopa, siendo el jugador más valioso de la serie para el elenco argentino ante el Athletico Paranaense, incluso con una tapada milagrosa ante Lucho González y otra ante un gran remate de Renán Lodi, cuando el partido iba apenas 1-0. 

Bueno de esas atajadas, de esas "de Armani" no había tenido en la Selección Argentina y eso se le pedía. Así como a Messi se le pide que eluda a tres y haga los goles "como en el Barcelona" a Armani se le pide que sea "Súper Armani", como en River. A veces no es tan fácil. A veces contextos, técnicos, momentos y presiones llevan a que sea muy difícil.

Ayer, ante Paraguay, Armani estaba nervioso. Incluso, pegó una patada tras un control largo, que pudo haber sido roja. Pero él, hombre de fe, tuvo LA atajada que necesitaba. Voló sobre su izquierda para tapar el penal que hubiese significado el 1-2 para Paraguay y la casi segura eliminación de la Argentina, tras un grosero error de Nicolás Otamendi. Y desde ahí, fue todo confianza. Cortó los centros, agigantó su figura e incluso tuvo una doble tapada que pasó medio desapercibida, pero en la que se le vieron "cositas" del Armani de Núñez. 

¿Argentina encontró arquero? Ojalá así sea. Lo concreto es que para Franco Armani empieza una nueva etapa en la Selección. Ya regaló la primera "de Armani" vestido de celeste y blanco. Quizás ahora sí pueda acallar las voces, dominar un poco las presiones, y ser el arquero gana-partidos que es en Núñez. Habrá que ayudarlo. No se puede depender de él. Ni de Messi. Scaloni debe aprenderlo y los hinchas, también.