Marcelo Bielsa siempre tuvo debilidad por Pablo Aimar. Por el Aimar futbolista y por el Aimar ser humano. Por eso no sorprendió que se acercara hasta Río IV para asistir a la despedida del ex crack de River y Valencia, a quien dirigió en la Selección Argentina y citó para el Mundial Corea-Japón 2002.

Es la primera vez que Bielsa concurre a un estadio luego de su salida del Lille francés. En la Argentina incluso se cuida de ir al estadio que se lleva su nombre, el de Newell’s Old Boys de Rosario, sobre todo si el equipo no atraviesa una buena racha.

Sin duda, un gesto que define una relación que trascendió al entrenador y al jugador y une a dos personas atravesadas por los mismos valores.

Foto de Martín Báez para @MundoDcomar y @LAVOZcomar