Hinchas de San Francisco y Comercial de Bahía Blanca se enfrentaron en una batalla campal en el estadio del primero durante un partido de la Liga Sur de la ciudad, que fue suspendido al final del primer tiempo.

El hecho ocurrió este domingo en el estadio Gustavo Novoa, ubicado en la calle Chacabuco al 3.500, en el barrio de Villa Italia, donde se registraron agresiones físicas que pudieron derivar en una tragedia.

Fuentes policiales consultadas por Télam relataron que los incidentes comenzaron cuando un simpatizante se subió al techo de la cantina y arremetió con proyectiles contra la parcialidad adversaria.

En uno de los pasillos de la cancha, pegado al alambrado, hinchas de ambos clubes se enfrentaron cuerpo a cuerpo. Al menos dos personas quedaron tendidas en el suelo y fueron salvajemente golpeadas con trompadas y patadas.

En tanto, dos policías fueron atendidos en el hospital por inhalar gases lacrimógenos y un número indeterminado de hinchas sufrió heridas producto de la gresca, que no registró ningún detenido.

El presidente de la Liga del Sur, Jorge Dambolena señaló: "No hay quien resista a ver gente con chicos en brazos corriendo desesperados, llorando. ¿Todo por qué? Porque la lacra se te mete dentro de la cancha y te hace esto", en diálogo con Panorama.

"Hay que tomar la decisión; venimos dudando por la necesidad de los clubes de llevar gente a la cancha para afrontar gastos, pero lamentablemente no hay forma, acá no tiene éxito nada, hay que olvidarse de Liga Segura y jugar sin gente", remarcó.

Luego, agregó: "Hay que olvidarse de sancionar a los clubes, acá hay que multar de otra manera, sancionando al que hace daño y hace desaparecer al fútbol. A los energúmenos estos que van a la cancha. Cada vez van más efectivos, estamos en 25 para un partido común y no alcanza. ¿Cómo parás a 50 negros que te quieren destrozar, tiran portones, saltan...?".

"No hay complicidad ni arreglos, eso es mentira. Lo que hay es necesidad y desesperación para que vaya alguien a la cancha y poder solventar los gastos. No es complicidad con alguien que venga a romper, estando mi nieto en la tribuna que capaz le pegan un ladrillazo en la cabeza. ¿Cómo voy a ser cómplice de eso? Los clubes no tienen ayuda; se solventan solos, con la gente" indicó. "Hoy la solución es mano dura para que no vayan estos enfermos, faloperos y borrachos a la cancha a hacer daño", cerró Dambolena.