El Tribunal de Disciplina del Consejo Federal sancionó con dureza al Club Unión de Villa Krause luego de que sus futbolistas protagonizarán un verdadero papelón tras la eliminación en semifinales del Torneo Regional tras caer como local ante San Martín de Mendoza. 

El ente condenó al equipo sanjuanino a varias penas que deberá cumplimentar: en primer lugar deberá acatar la clausura de su estadio (12 de octubre) durante un año, además no podrá participar del Torneo Regional durante el mismo período de tiempo. Además siete futbolistas del plantel fueron suspendidas de la actividad también por 365 días y otros, por 10 fechas a cumplir en la Liga Sanjuanina.

Por último, la institución cuyana deberá abonar una multa por el valor de 300 entradas populares durante tres jornadas. Una decisión fuerte. 

Esta sanción llega como consecuencia de la vergonzosa violencia desatada el sábado 28 de enero por la tarde cuando el equipo local enfrentaba a San Martín de Mendoza. Ambos buscaban llegar a la final del Torneo Regional que otorga cuatro plazas al Federal A y la serie que contaba con ventaja en la ida para los mendocinos, se definía en San Juan. 

Allí pasó de todo: incidentes antes, durante y después del partido contra la delegación “chacarera” y sobre todo contra la cuaterna arbitral, compuesta por los tucumanos Mauricio Martín (contra quién caían la mayoría de las agresiones), Leila Argañaraz, José Ponce y Rodrigo Ballestero, quienes sufrieron lesiones

Cabe recordar que antes de iniciar el partido, se produjeron incidentes con el estallido de una bomba de estruendo, mientras los jugadores visitantes efectuaban los movimientos de calentamiento precompetitivo. Luego, la falta de ambulancia en el estadio demoró el inicio del partido por más de media hora. 

En ese ínterin, los 15 dirigentes de San Martín que estaban autorizados para ingresar al estadio de Unión denunciaron no haberlo hecho ante la postura inflexible de la policía sanjuanina, que argumentó “no poder brindarles” seguridad personal. 

Tras el pitazo final y la eliminación consumada, jugadores y simpatizantes de “los azules” agredieron a los árbitros y jugadores visitantes. Durante el cotejo, se produjeron escaramuzas menores que detuvieron varias veces el juego entre la parcialidad local con la policía que también colaboraron al bochornoso final.