Las imagenes que llegaban el pasado sábado, desde el estadio Vila Capanema, eran realmente alarmantes. Hinchas del local Coritiba y sus pares del Cruzeiro peleaban cuerpo a cuerpo en pleno campo de juego tras el gol del equipo verde que en ese momento condenaba a su rival a caer en zona de descenso. 

Este miércoles, la Procuraduría General del STJD presentó una denuncia formal contra ambos clubes, aunque el juicio aún no tiene fecha fijada. Además el STJD presentó un amparo para que ambos jueguen a puerta cerrada que aún no cuenta con dictamen de José Perdiz de Jesús, presidente del máximo ente de Justicia Deportiva.

Ambos clubes fueron denunciados en virtud del artículo 213, incisos I y II del Código Brasileño de Justicia Deportiva. Cada uno de los artículos prevé la pérdida de la localía en hasta diez partidos, además de una multa de R$ 100 a R$ 100 mil.

El artículo 73 del Reglamento General de Competición de la CBF en 2023 adelanta que el equipo debe jugar en un estadio situado al menos a 100 kilómetros de las ciudades sede del club, Curitiba y Belo Horizonte, en este caso.

Como si fuese poco, Coritiba también será juzgado porque sus hinchas que arrojaron vasos al campo, con riesgo de multa de hasta R$ 100.000. Cruzeiro, a su vez, podría ser multado por haber retrasado el inicio de la primera y segunda parte.