Los hinchas de Boca que viajaron a Brasil realizaron a un banderazo en Copacabana de cara a la final de la Copa Libertadores que el equipo "xeneize" jugará mañana ante Fluminense en el estadio Maracaná. Una marea humana, la mayor registrada en la historia de la competición en Brasil, que siguió hasta altas horas de la noche bajo una tormenta de lluvia.

X de Leandro Aguilera

La cita fue en uno de los puntos turísticos de Río de Janeiro, donde en la víspera se desarrollaron hechos de violencia entre simpatizantes de Boca, Fluminense y la policía carioca, fuerza de seguridad que agredió a los argentinos indiscriminadamente.

En la Avenida Atlántica, justo donde se encuentra el Quiosco Buenos Aires, a metros del Hotel Othon Palace, se llenó de banderas, bombos, bengalas y un colorido que se viralizó rápidamente en redes sociales de todo el mundo.

X de doble amarilla ⭐️⭐️⭐️


El tradicional encuentro fue promovido por el "Consulado Boca Juniors Rio de Janeiro", un grupo de hinchas que reside en la 'Cidade Maravilhosa' y cuentan con el aval de la institución de la Ribera.

Banderas, sombrillas, bombos y fuegos artificiales fueron los estandartes principales de la convocatoria oficial de apoyo a los futbolistas a un día del esperado encuentro con Fluminense en el mítico estadio Maracaná.
 

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La televisión brasileña se rindió al evento que marcó la vigilia del pueblo boquense que llegó en diversos medios, la mayoría en ómnibus y automóviles, desde todos los lugares de la Argentina.

Bengalas azules y amarillas y fuegos artificiales lanzados por la hinchada -parte de la barra brava llegó este viernes y se mezcló entre la multitud- que le dieron un colorido único a la playa emblema del país de los pentacampeones mundiales.

Miles de hinchas de Boca deliraron en las playas de Copacabana y realizaron el último banderazo previo a la final

Desde las 10 de la mañana que la arena quedó regada de fernet, mate, cerveza y caipirinhas ante la invasión argentina, tal como lo definieron algunos medios brasileños. "Somos locales otra vez", fue uno de los hits del banderazo más importante en busca de la séptima Libertadores.

A diferencia de días anteriores, se incrementó la presencia policial y los miles de agentes destinados al operativos dejaron de hostigar a los hinchas argentinos y pasaron a cuidar que los barras de Fluminense no atacaran a los visitantes. Esto se dio tras la reunión que hubo entre dirigentes de Conmebol, AFA, Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Boca y Fluminense, en el que decidieron que el encuentro se jugará tal como estaba estipulado: En el estadio Maracaná de Río de Janeiro y con la presencia del público.

La cumbre fue organizada por Conmebol y participaron AFA, CBF y representantes de los dos clubes, Boca y Fluminense, según pudo saber Doble Amarilla. El foco del encuentro estuvo puesto en la seguridad de cara a la final de este sábado y por lo acontecido este jueves en las playas de la ciudad.

"Nunca vimos esto en Río de Janeiro ni en otra ciudad de Brasil, debe ser por la magia que tiene Río para los argentinos", dijo Evandro Silva, uno de los mozos de uno de los bares de playa en los cuales se agotaron las cervezas y el coco, a Télam.

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Las autoridades de Río de Janeiro confirmaron que, en el Sambódromo, recinto popular donde se festeja el Carnaval en febrero, se utilice como un punto de encuentro para los hinchas de Boca sin entradas, aunque todavía no está confirmado que se instalen tres pantallas gigantes para seguir el partido.

Brenno Carnevale, Secretario de Orden Pública de la Prefectura de Río de Janeiro, confirmó en declaraciones televisivas: “Los argentinos son siempre bienvenidos acá y vamos a hacer todo lo posible para que la fiesta sea en paz. El Sambódromo será el lugar de referencia para la llegada de los argentinos, pero no está confirmada la instalación de las pantallas para que puedan seguir el partido”.

Se calcula que más de 100.000 hinchas argentinos, apenas 20.000 con localidades en el Maracaná, acudirán a la ciudad brasileña para acompañar al equipo de Jorge Almirón en la búsqueda de la séptima Libertadores.