La ciudad portuaria de San Pablo, la cuna de O Rei o también conocida como Santos extraña a su máxima figura y lo homenajea cada vez que puede y anoche no fue la excepción. 

El ‘Peixe’ jugó su primer partido oficial tras la muerte de Edson Arantes do Nascimento y el respeto por la figura que ya no está fue impactante. 

En la previa del duelo ante el humilde Mirassol por el campeonato paulista, el Vila Belmiro se tiñó completamente de negro, se apagaron las luces y se rindió tributo al ídolo ubicando un trono y una corona gigante en el medio de la cancha y proyectando imágenes del 10 en el campo de juego. 

Unos minutos más tarde, los equipos saltaron al campo de juego y se pudo observar otro particular homenaje. La camiseta del Santos volvió a ser completamente blanca, como en la época en la que jugaba O Rei y los dorsales de todos los futbolistas formaban el número a través de operaciones matemáticas. Debajo de cada número rezaba ‘Gracias Pelé’ en varios idiomas.