Así como hay jugadores que marcan una época, también hay dibujos animados que se imprimen en la memoria de generaciones. Tal es el caso de Dragon Ball, cuyo creador, Akira Toriyama, murió el pasado 1 de marzo. La serie que surgió a mediados de los años ochenta, llegó al continente casi una década después y entre los jugadores y las jugadoras ganó muchos adeptos. Este fin de semana, los festejos no dejaron duda alguna.

En las distintas ligas del continente, los festejos de gol se transformaron en la posibilidad de rendir tributo al manga y a su creador. Sin ir más lejos, en el entretenido empate 1 a 1 entre Independiente y River Plate por la Copa de la Liga Argentina, el delantero Gabriel Ávalos convirtió su primer gol con la camiseta del “Rojo” y lo festejó haciendo el "kamehameha", una técnica de combate llevada a cabo por uno de los protagonistas (Gokú) y que consiste en reunir energía en las manos y soltarlas rápidamente.

Sarmiento le dio vuelta el encuentro a Estudiantes. Fue victoria 3 a 1 para el equipo de Junín. El gol del empate lo convirtió Joaquín Gho y en el festejo se “fusionó” con Manuel Mónaco, en claro homenaje a otra de las técnicas que usan los protagonistas de la serie animada. 

En el empate entre Huracán y Argentinos Juniors, Alan Lescano convirtió el gol que significó la igualdad para el equipo dirigido por Pablo Guede y lo celebró recordando la misma técnica, aunque en esta ocasión lo hizo sin “fusionarse” con nadie.

El fútbol sudamericano homenajeó a Dragon Ball, luego del fallecimiento de su creador

En Chile, Palestino le quitó el invicto a O'Higgins. Fue 1 a 0, y el gol lo convirtió en el tiempo de descuento Brayan Véjar. El futbolista de 28 años, surgido de Huachipato, con paso por Colo Colo y actualmente en el equipo “Tricolor”, no perdió la oportunidad de celebrar su agónico gol con homenaje incluido. Más tarde, en una entrevista mostraría que su fanatismo lo lleva tatuado en su piel.

Ante la inesperada muerte de Akira Toriyama, el fútbol le rindió su merecido homenaje a Dragon Ball. Nada de lágrimas, a puro festejo.