La Cámara de Diputados de Brasil aprobó dos leyes en una misma sesión que prometen cambiar el panorama local y hasta continental: la del Club-Empresa y la del Mandante. Según explica UOL, las dos medidas combinadas significan una revolución en la relación de los clubes con los derechos de TV y con respecto a las deudas, ya que se abre la puerta a las sociedades anónimas. ¿Qué implican exactamente?

El proyecto de ley del Club-Empresa opera en dos campos: apertura a la inversión y endeudamiento. Lo que marca la medida es que los clubes pueden transformarse en empresas o convertir sus departamentos de fútbol en modelos de negocio. En pocas palabras, se posibilita que haya Sociedades Anónimas de Fútbol (SAF).

Con respecto a la deuda, la estructura se hace especialmente atractiva para instituciones que tienen deudas difíciles de pagar, tales como Cruzeiro y Botafogo. Los montos impagos permanecen con los clubes, pero la empresa también se hace cargo de pagarlos, con un límite: 20% de ingresos brutos y 50% de ganancias.

Es decir, suponiendo que no haya ganancias, el club limitará todos los pagos de la deuda a una quinta parte de sus ingresos. Eso implica que el "club-empresa" podrá operar con el 80% de sus ingresos y, también, que las deudas grandes tardarán bastante en pagarse. Por ejemplo, si una institución debe R$ 100 millones, solamente podrá pagar R$ 20 millones en deudas por año.

En el mismo tono, el club-empresa abre la posibilidad de convertir deuda en acciones, lo cual también genera que inversores den dinero a los clubes para proyectos o contratos a cambio de intereses o participación en el negocio. Portales brasileños señalan que equipos como Cruzeiro y América Mineiro ya negocian con inversores.

FOTO: Correio Braziliense
FOTO: Correio Braziliense

Por otro lado, la Ley del Mandante tiene como premisa básica darle a los clubes "locales" la posibilidad de negociar sus derechos televisivos de forma independiente a los contratos firmados por los "visitantes". La Cámara de Diputados le dio visto bueno con 432 votos a favor y 17 en contra. En caso de avanzar, le dará a cada equipo que juegue en su casa el derecho de negociar la exhibición de sus encuentros.

¿Qué implica exactamente? Primero, hay que aclarar que los derechos de TV representan los mayores ingresos de los clubes brasileños: alrededor del 40%. De acuerdo a UOL, la Ley del Mandante hace que las instituciones ganen fuerza a la hora de sentarse a conversar con emisoras y plataformas que quieran comprar los derechos, tales como YouTube, Amazon y televisoras como Globo, ESPN o Warner.

Con esa Ley, aparecen dos escenarios: que la Liga de Clubes recientemente creada tenga éxito y las negociaciones para los torneos nacionales sean "colectivas" o que la Liga no llegue a buen puerto y cada entidad negocie individualmente sus derechos, en un escenario parecido al de México. En ese caso, los clubes más importantes tendrían una ventaja importante con respecto a los demás.

Cabe aclarar que la nombrada Ley del Mandante también incluye una "Enmienda Globo". El texto establece que los contratos ya firmados y aún vigentes, como el de la emisora carioca con el Brasileirao, sean respetados. Es decir que la medida solamente entraría en vigor luego del fin de los vínculos actuales. En el caso de la Serie A del Brasileirao, el contrato termina en 2024.

Además, vale mencionar que la Ley del Mandante cambiaría lo dispuesto por la Ley Pelé, que señala que para que un partido se transmita por televisión, ambos equipos deben tener un contrato con una emisora. A partir del 2025, el modelo sería completamente alterado. El nuevo texto también permite que el club transmita su partido en sus canales oficiales, si así lo desea.

¿Qué falta para que ambas leyes sean una realidad? La que está más cerca es la Ley del Club-Empresa, que ya tuvo visto bueno del Senado y solamente necesita sanción de la Presidencia de la República. La ley del Mandante, por otra parte, tiene que pasar por votación del Senado luego de contar con aprobación mayoritaria en Diputados. Se aproxima a paso firme, entonces, un cambio radical en el fútbol brasileño...