Jorge Almirón no fue la primera opción para ser el entrenador de Boca Juniors. El exDT de Lanús e Independiente, entre otros, arribó tras la estruendosa negativa de Gerardo Martino al banco "Xeneize". Eran los primeros días de abril y la salida de Hugo Ibarra fue lógica por la falta de identidad que transmitía el equipo.

"No hay mucho tiempo, hay que dar vuelta la página y recuperarse de la derrota contra Colón. Estoy agradecido a Román por esta oportunidad, que fue el contacto directo", dijo Almirón en su primera conferencia de prensa como director técnico de Boca. "Creo que estoy en un gran momento y estoy preparado. Venir a Boca es un deseo personal muy fuerte y sé lo importante que es", destacó Almirón.

San Lorenzo le ganó a Boca Juniors, en el que debutó como entrenador el ex Elche, por la mínima con un gol en contra de Guillermo Fernández. Sin dudas que el comienzo de Almirón no fue el deseado, porque perdió por un gol en contra, se le lesionó Bruno Valdez en la misma acción (desgarro), uno de los pocos zagueros con los que contaba en aquellos días, y encima fue expulsado Nicolás Figal. Con todo eso, el equipo trató de buscar una línea de juego, pero fue avasallado por la intensidad del “Ciclón” de Rubén Insúa.

Si bien no mostró un nivel descollante en lo que va del año, si se le puede atribuir el mérito de tener un equipo con una idea más clara que las de sus antecesores (Sebastián Battaglia y el nombrado Ibarra). Boca Juniors tiene el sello de Almirón. 

Ha tenido grandes aciertos, como aquel cambio posicional de Advíncula para el encuentro con Racing por el Torneo de la Liga, y también decisiones controversiales. El más sonoro fue cuando decidió sacar del campo de juego, contra Palmeiras en la ida de la semifinal, a Valentín Barco. El “Colo” era una de las figuras y es uno de los “niños mimados” de la hinchada. Aunque también cabe decir que la consolidación del juvenil llegó de su mano. 

El caballito de batalla del equipo de “George”, sin dudas es su desempeño en las Copas. Está en semifinales de la Copa Argentina con un rendimiento discreto pero sólido. Y además, ni más ni menos, Almirón ingresó al selecto grupo de los entrenadores que llevaron al club de la Ribera a la final de la Copa Libertadores, la gran obsesión “Xeneize”.

Pasaron 40 partidos desde aquel ya lejano Abril y el panorama cambió drásticamente. La estadística indica que el DT “Xeneize” tiene un balance de 19 partidos ganados, 12 encuentros empatados y los restantes 9 cotejos finalizaron en caída. En lo que va del período del ex Lanús a cargo de Boca marcó 50 goles a favor y recibió 42 en valla propia. La efectividad es del 57,5 por ciento.

En condición de local dirigió 19 encuentros. Boca ganó 12 partidos, empató 5 y cayó en dos oportunidades (71,92% efectividad). Siendo visitante cambian mucho los números ya que dirigió la misma cantidad de encuentros, con 7 victorias, 5 igualdades y 7 caídas (45,961% efectividad). Los dos encuentros que completan la estadística son en cancha neutral (como será la final de la Libertadores) con un balance de dos empates, con tres goles marcados y la misma cantidad de tantos recibidos en valla propia.