A poco menos de 72 horas para la gran final de la Copa Libertadores,  que viajaron al país vecino como las principales víctimas. 

Esta tarde, más de un centenar de barrabravas de Fluminense emboscaron a los “Xeneizes” en las playas del centro de la ciudad. Según relataron los testigos presenciales del violento episodio, los simpatizantes brasileños golpearon y le robaron celulares y otras pertenencias a sus pares argentinos. 

Anoticiados de los lamentables acontecimientos, 

Desde la casa madre del fútbol sudamericano respondieron que iban a contratar más seguridad privada ya que ven que la policía no está a la altura de las circunstancias y que además “generan más problemas en vez de solucionarlos”. Por el momento el operativo para el sábado suma 2.250 policías y 1.744 personas de seguridad privada. 

Esta noche y preocupado por la situación el Embajador Argentino en Río de Janeiro, Daniel Scioli, sentenció: “Estoy indignado con el accionar irracional de la policía” y sumó: “Tengo preocupación porque mañana llega un grupo muy duro de la hinchada: los barras”.

Minutos antes, Ana Emilia Sarrabayrouse, cónsul argentina en Río de Janeiro brindó una entrevista en el Twitch de Olé y sostuvo: "La playa es emblemática y ese banderazo de Boca generó adhesiones en contra de los hinchas de Fluminense. No quieren que les copen Copacabana".

Para asegurar en el mismo sentido: "Es otro país, otras reglas y no van a tener empatía con Boca. Hay que tener cuidados. No escatiman en balas de goma y gases lacrimógenos".

Y sentenciar: "Pedirles que disfruten de Río, que estén tranquilos. Que reduzcamos de nuestro lado generar conflicto. No es la policía de Argentina, no son las leyes de Argentina. Y las leyes son más duras. Sobre todo, con el gesto o insulto xenófobo"

Pensando en el peor de los escenarios sostuvo: "Esperemos que no se llegue al punto de que se tenga que postergar el partido".