(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Se pone en duda la vuelta de la Copa Sudamericana entre Independiente y Fortaleza a raíz de un amotinamiento policial por reclamos salariales. En la zona se registraron 88 asesinatos en los últimos días.

Ceará sufre graves problemas de inseguridad a raíz de un amotinamiento de la policía militar que exige mejoras salariales. Esto produjo que haya un vacío de seguridad en la zona y reinen los crímenes. De hecho las localidades Paracurú, Milagres y Canindé anunciaron que los carnavales fueron cancelados por la falta de condiciones para garantizar la seguridad.

Ante esta situación tuvo que intervenir el propio presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, para enviar efectivos militares y de la Fuerza Nacional para reforzar la seguridad. La semana pasada un grupo de policías armados y encapuchados atacaron patrullas en Fortaleza, la capital del estado. “Esto es algo serio. Si estamos en una guerra urbana, tenemos que enviar gente para resolver ese problema”, dijo Bolsonaro.

El problema para el Rojo es que la próxima semana tendrá que jugar en esa misma zona la vuelta por la Copa Sudamericana ante Fortaleza. Se estima que si el conflicto persiste, no habría operativo para el partido del jueves. Ante esto, el partido corre serios riesgos de suspenderse.

Según pudo saber Doble Amarilla, la posición de Conmebol es mantenerse en contacto con las autoridades del Fortaleza, que sostienen que es una situación que ocurre en las afueras del estado, en la periferia. Son casos puntuales que representan a un 10 o 15% de la policía.

Además, desde el club le garantizaron a Conmebol que las autoridades de seguridad de la región estarán presentes en la reunión preliminar que se realiza en la previa de cada partido correspondiente a la entidad sudamericana.