La noticia no por ridícula deja de ser sorprendente. Independiente anunció que no va a darle al Sub 20 de la Selección Argentina a una de las mayores promesas del fútbol argentino para el Mundial de Corea que se disputará a partir de mayo: Ezequiel Barco. “Es nuestro patrimonio y vamos a cuidarlo”, dijo Carlos Montaña, vice de Independiente. 

De la vocación por cuidar al juvenil, la joya del plantel de Holan, al actuar irregular de un club que termina atentando contra “la Casa”, como suelen llamar los mismos dirigentes a la AFA. Y se trata precisamente de Independiente el club que incurre en esta mezquindad. Justamente el club presidido por Hugo Moyano, vice segundo de la AFA y, además, suegro del titular de la casa madre del fútbol, Claudio Tapia. Flaco favor familiar le hace, de entrada nomás, el patriarca de los Moyano al marido de su hija Paola. En su propia casa le patean en contra al combinado nacional y a su mismo yerno. Es sabido el cariño y la real vocación de Tapia por la Selección, interés que no es compartido por muchos dirigentes, evidentemente los Moyano están en esa vereda opuesta.

A todas luces, un canto al egoísmo y a la falta de visión. Acaso en época de resultados y producciones futbolísticas flacas en los seleccionados nacionales, ¿no resulta vital aumentar la eficacia y hacer un buen Mundial Juvenil? 

El argumento oficial suena hasta pueril. Dicen que Barco no está conforme con el trato que le dio Claudio Ubeda, el DT del juvenil, en el Sudamericano. En el club de Avellaneda, además, dicen que el chico volvió sobrecargado del esfuerzo por esa competencia. También, y ya en voz baja, algunos aseguran que el pibe ya estaría vendido a un club inglés en 20 millones de dólares, que Holan lo sabe y que para cederlo correctamente a fin de año no quieren arriesgarlo a una lesión en una competencia tan exigente como un Mundial.

Pero acá el árbol tapa al bosque. Un buen Mundial Juvenil, ¿no elevaría en algo la alicaída figura albiceleste y esto derivaría en que la dirigencia -a la que Moyano pertenece- tenga más armas para conseguir mejores contratos por indumentaria, TV, publicidad y demás ítems? En un mercado en el que siempre se espera vender al exterior, ¿no seduce a la dirigencia roja la chance de que un pollo propio se luzca en la máxima cita del fútbol para menores de 20?

Demasiadas preguntas que no se puede asegurar que se las hayan hecho en la Sede de Avenida Mitre o en Villa Domínico. Y si se las hicieron, las respuestas distan de las que se haría el futbolero de pie, que pocillo de café en mano en el bar de la esquina, saca cuentas de todo lo que podría ganar AFA, Independiente y el propio jugador si se dejara de lado la visión miope que parecen tener los muchachos de Moyano. Sin dudas, un mal primer gran paso. El peor que podrían haber elegido.