[De la redacción de DOBLE AMARILLA] “El que quiere celeste que le cueste”… es una frase que graficó el 2014 de Temperley en un ascenso maratónico que incluyó en seis meses pasar de la Primera B a la Primera División en lo que fue su tercer desembarco en la elite del fútbol argentino… esa a la que hoy le dijo adiós tras una estadía de cuatro años.


Con un desembarco que estuvo signado por el ascenso masivo para conformar el Frankestein del torneo de 30 equipos, el Temperley de Ricardo Rezza logró la proeza de volver a inflar el pecho y permitirle al Gasolero ‘ser de primera’ tras 27 años.


Desde aquella final ganada ante Platense con aquel penal de Federico Crivelli a Humberto Vega del 8 de junio de 2014 hasta la derrota de hoy ante Godoy Cruz en Mendoza, pasaron menos de cuatro años pero marcados a fuego por el orgullo celeste.


Gastón Aguirre, Fabián Sambueza, Leonardo Di Lorenzo, Fernando Brandán fueron los soldados más recordados del ascenso al Nacional B que luego junto a Javier Grbec, Juan Ignacio Dinenno, Nahuel Roselli, Ignacio Oroná y Gastón Bojanich, entre otros subieron a Primera.


Bajo la conducción de Hernán Lewin, Temperley transitó la mayor parte de esta aventura en Primera hasta su renuncia en 2016, cuando fue sucedido por Alberto Lecchi y luego desde el año pasado con el timón de Martín Vila.


Ricardo Rezza, Carlos Mayor, Gustavo Álvarez y Gastón Esmerado fueron los entrenadores que tuvo el Gasolero en estos casi cuatro años en Primera, que llegaron justo después de un 2013 donde estuvo a tres puntos de descender a Primera C, con apenas 2500 socios, un pasivo de 7 millones de pesos y 70 juicios pendientes.


El adiós a Primera es distinto con un estadio Alfredo Beranger ampliado en 2015, más de 12000 socios, una economía austera pero establecida y apenas siete juicios pendientes de aquella cartera de 70…. además de ser un club polideportivo con más de 20 disciplinas aparte del fútbol.