(DE LA REDACCIÓN DE DOBLE AMARILLA) Pieza de disputa de poder desde el momento mismo en el que surgió la idea de imponer “una liga”, lo que hoy conocemos como “la SuperLiga” dio y da para todo. Muchos encontraron allí su refugio tras quedar marginados de la escena política de AFA. Otros, asoman desde el ala de sus padrinos con las ¿intenciones? de tener un nombre propio, o de mínima, cuidar los intereses de su impulsor. Están también, quienes en el reparto masivo de cargos, se quedaron con una sillita cuando en otros tiempos, ni hubieran soñado estar repartiendo barajas en semejante mesa. 

La SuperLiga es presidida por Mariano Elizondo, quien iba a ser el CEO del organismo si Marcelo Tinelli se hacía cargo de la presidencia. Una vez que el vicepresidente de San Lorenzo había sido electo virtualmente presidente de la SuperLiga y decidió apartarse por un tiempo del ámbito del fútbol por los motivos que son de público conocimiento, Daniel Angelici decidió, para no estar tan distante del tinellismo, hacer un guiño. Esa señal fue impulsar a Mariano Elizondo como la cabeza. Hoy, Elizondo está transitando sus primeros meses al frente del organismo, dando los primeros pasos. La entidad ya avanzó en el alquiler de oficinas y fue tomando empleados para los diferentes sectores.  Sin dudas, la titánica gestión para que los clubes arranquen sin deudas y el fino equilibrio con Marchi, entre quienes no se confían pero respetan mutuamente, es la medalla más importantes en estos primeros días de gestión. Sin embargo la urgencia no permitió, por el momento, poder focalizar en el gran objetivo de la Liga: aumentar los ingresos para el fútbol. Se renovó el sponsoreo de Axion, pero aún no llegan otros megasponsors o los "nuevos negocios" vinculados a la tecnología que se tienen en carpeta. Más allá de que muchos esperaban un arranque más rápido y preciso en cuanto a la monetización, sigue habiendo “confianza, porque sabemos que tiene capacidad”, comenta una fuente, que analiza y aduce algunos problemas al "desorden general de toda etapa de cambios como la que estamos transitando".

De alto perfil en la reunión donde quedaron de manifiestas las dos posturas dirigenciales en torno al reparto de dinero, Jorge Brito además de ser el vicepresidente de River es el dos de la SuperLiga, espacio donde parece anclado, debido a sus diferencias con Rodolfo D’Onofrio en la gestión riverplatense. Tal es así, que hoy en día, no está confirmado que Brito sea uno de los acompañantes del presidente riverplatense en las elecciones de fin de año. Brito cuenta con múltiples funciones. A sus cargos en el ámbito futbolístico, se le suman su puerto en el directorio de Banco Macro y la presidencia de la cámara que agrupa a los bancos privados en Argentina (ADEBA) y de la empresa de energías renovables Genneia.  Esto lo expone como un jugador presente pero no central en el minuto a minuto. En su matriz pareciera estar “dar instrucciones”, pero especialistas afirman que “es difícil manejar algo como la SuperLiga dando instrucciones casi a remoto”. 

Matías Lammens es quien ocupa el tercer escalón en los cargos. El presidente de San Lorenzo, observado desde hace mucho tiempo por la situación deportiva de su club y porque aseguran “tuvo poco protagonismo en la campaña electoral de Tinelli en AFA”. Luego de eso, se involucró de lleno en el sistema del fútbol, entrando a AFA a ocupar la Tesorería y siendo partícipe necesario de lo que muchos llaman “el comienzo del fin”: el inicio del default, la cesación de pagos y la llegada de la Comisión Normalizadora. En Viamonte, los hombres de la vieja escuela todavía le reprochan la actitud de haber renunciado en un momento álgido de la vida institucional de “la Casa”. En el ámbito de la SuperLiga todo parecía indicar que no se iba a involucrar, ya que Tinelli iba a ser el presidente, pero finalmente apartado el conductor televisivo, decidió ocupar la silla vacante. Sólo estuvo presente en la primera reunión y luego se ausentó en todas. Su tarea, según indican allegados, parece estar circunscripta a posicionar a San Lorenzo en la SuperLiga y mover influencias, nada más. 

La Secretaria es de Independiente, en la persona de Carlos Montaña. De buen vínculo con Elizondo, lo acompañó a sol y sombra en sus primeros pasos. Las voces positivas dicen que fue el único que se puso el overoll y laburó junto al presidente, los conspirativos aseguran que lo hizo porque es el hombre que tiene AFA para oscultar cada paso de la Superliga. Lo que si le apuntan es que “no decide nada por sí solo, todo lo tiene que consultar con Hugo (Moyano)”, comentan, algo que parece habitual en el sector delcamionero. Eso lo dejó en un lugar incómodo: queda circunscripto a ser un “secretario de lujo de Moyano, algo que no le favorece en absoluto”. De motus propio es difícil que impulse algo, pero a la hora de acompañar lo decidido, es el primero en poner el hombro, aunque a veces eso le valga una corrección del propio hugo cuando éste se entera de la posición adoptada. 

La Tesoreria responde a Angelici. Se debe a que Matías Ahumada completa los casilleros ideales en el mundo Tano para ocupar ese espacio. De Boca y extrema confianza con el presidente xeneize es también Tesorero de la institución. Hábil a la hora de repartir cargos, Angelici se quedó con esta firma (la Tesorería), que sumado a que el abogado de la SuperLiga es Mariano Clariá (letrado oficial de Boca), hacen que por sus hombres pasen todos los temas económicos, financieros y legales, como para tener el mayor control posible sobre la situación. Por más que algunos aspectos legales se compartan con abogados de River, San Lorenzo y Estudiantes, el rol protagónico del angelicismo en este sector, derrumba toda posibilidad de falta de control. De buena reputación puertas adentro, donde todos le elogian su capacidad de trabajo, lo que más le critican a Ahumada son las sucesivas medidas antipopulares que fue tomando. “Piensa a todos los clubes como si fueran Boca”, lo define un hombre que comparte varias reuniones con el chileno. Cuentan que por algún momento, se pensó que sea el CEO, algo que el propio Angelici desestimó para impulsar a Elizondo y unir así el vínculo con Tinelli. El rol que el angelicismo aspira a ocupar no es menor, más luego de que la grieta con el tapismo en AFA no cauteriza sino que cada vez se abre más. La Liga podría ser el refugio de un Tano que sabe que tiene muchas chances de perder la guerra en AFA. "Jugó a que a los `negros del ascenso´ les vaya mal en Viamonte y parece que le erró en el cálculo" repite una voz autorizada en los pasillos de la Casa Rosada, donde aún no entienden la decisión del presidente Macri de haber dejado únicamente en manos del binguero el punto a punto entre Balcarce y Viamonte.

Completan el equipo el representante de Racing Club (Crisan Devia), el de Atlético Tucumán (Mario Leito) y el de Defensa y Justicia (José Lemme). Devia es un abogado de trayectoria en el club, que cuenta con la protección de Víctor Blanco pero que tiene más libertades. “Consulta y comenta, sigue la línea institucional, pero no tiene una posición tan incómoda y evidente como le pasa a Montaña”, susurran por lo bajo. Por su parte, Leito y Lemme ven todo con otro cristal. Se sienten desplazados del grupo principal y tienen más afinidad con los otros 21 presidentes, que con la cúpula. El principal motivo de la incomodidad de ellos es que no se sienten identificados con las medidas que se van tomando, y a pesar de que tratan de dejar en claro la posición de medianos y chicos, no terminan de lograr su cometido. En el bar, dirían “no cortan ni pinchan”. 

Así, es la foto de la SuperLiga, a horas de que comience el campeonato de Primera División que le dará inicio a un nuevo capítulo de la historia del fútbol argentino, que como se ve, sigue teniendo las mañas, la rosca, los intereses y el juego político de siempre.