(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) La permanencia de Paolo Montero en Rosario Central dependía pura y exclusivamente de la continuidad de Rosario Central en la Copa Argentina. Las caídas ante Banfield, Argentinos Juniors (estas dos, sin atenuantes) y Atlético Tucumán en casa, por el torneo local, pusieron al charrúa al borde del abismo. 

Por eso no sorprendió que tras perder ante los tucumanos por penales en las semifinales de la Copa Argentina, diera un paso al costado. Era la gloria o Devoto. Fue Devoto, por la puerta de atrás y en Formosa.