Va y viene. El tema de la construcción de un nuevo estadio para Boca Juniors siempre está en el candelero. Que La Bombonera es un monumento del fútbol mundial y que le queda chica a la parcialidad xeneize, no quedan dudas.
 
Ya desde el inicio de su primer mandato, Angelici había prometido un nuevo estadio “para 2016, donde hoy está el Complejo Pedro Pompilio”. El tiempo pasó y la demolición de gran parte del club no sucedió, ante lo cual el nuevo estadio nunca se empezó a hacer.
 
Los socios de Boca en su mayoría parecerían no querer irse de Brandsen 805. Ni siquiera si la mudanza fuera a unas cuadras. “Como hincha no me quisiera ir nunca, pero como dirigente tengo la obligación de buscar un lugar más grande”, blanquea el hombre fuerte de Boca en el Interior y vicepresidente del club, Royco Ferrari. Es importnte remarcar que Royco vive intercambiando conceptos con los hinchas de Boca que militan en las peñas del interior. Y ese es un hincha legítimo y fiel como ninguno.
 
Para ampliar la Bombonera se necesitan comprar muchas casas de vecinos, que a juzgar por el paso de los años y el parate del proyecto, no quieren venderlas. Son las que están sobre la calle Del Valle Iberlucea. “No tienen un plan para refaccionar la Bombonera. Quieren dejar todo como está para que con el paso del tiempo el socio se convenza de que la única salida es una cancha nueva”, disparan desde la oposición. Es que según dicen desde los sectores políticos rivales de Angelici, la radical negativa de los vecinos a irse del barrio significa la principal fortaleza del oficialismo para insistir en la necesidad de un nuevo estadio.
 
Entonces, Boca se encuentra ante un otro capítulo de la zaga “la Nueva Bombonera”. Una serie que no está en internet ni en Netflix, pero que tiene tanta o más audiencia que los tanques de Hollywood.