(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Tras la fiesta que tuvo lugar en el Nuevo Gasómetro surge la preocupación ante episodios como el ocurrido en San Lorenzo, donde el socio Claudio "Cachito" o el "Matador" tuvo su casamiento en el mismo estadio azulgrana. El detalle es que el protagonista del matrimonio es el ex jefe de ‘la Butteler’, la barra brava de San Lorenzo. Al no tener potestad para controlar los estadios o clubes fuera del ámbito de un partido de fútbol, los organismos creados para evitar casos de violencia en el deporte no pueden hacer nada para evitar estas prácticas. 

Esta situación se da tanto en el organismo de Capital Federal o en el de la Provincia de Buenos Aires por igual: todo lo que sea por fuera de un partido, no está a su alcance. Y esto abarca a los estamentos nacionales inclusive, lo que termina atando de pies y manos a la Seguridad, dejando el camino allanado a prácticas repudiables por parte de la dirigencia.  

Ante la falta de control, desde los propios organismos de seguridad apuntan que “los dirigentes siguen teniendo connivencia con los barras bravas”. Lo ocurrido en San Lorenzo, donde se divulgaron fotos y videos de un casamiento barra en las instalaciones del club, disparó nuevamente el tema. La información anticipada por el periodista Pablo Carrozza y por Doble Amarilla  obligó al presidente de San Lorenzo, Matías Lammens a dar explicaciones que hubiese preferido no dar nunca: “El socio en cuestión no tienen causas iniciadas ni problemas con la Justicia. De todos modos, no me agrada la situación", y subrayó: "Para nosotros es una situación incómoda".

Más incómoda aún fue cuando el periodista Gustavo Grabia dio a conocer dos detalles que hacen endeble las palabras del titular azulgrana. Grabia aseguró que a la fiesta asistieron invitados "con derecho de admisión" y reveló que, por alquilar el Nuevo Gasómetro como Salón de fiesta, los novios habrían pagado, apenas, $15 mil. 

El casamiento ocurrió en la tarde del pasado viernes. Para la fiesta, se adornó el gimnasio ubicado detrás de la tribuna Sur del Nuevo Gasómetro, además de que se contrató a la murga de Boedo, para la recepción de la feliz pareja. La presencia de ‘la Butteler’ con sus bombos y banderas le puso la marca barra a la unión matrimonial.

Con todo lo repasado, resulta evidente que los barras (en este caso, de San Lorenzo) cuentan con libertades en los clubes, lo que ha derivado en que la Fiscalía de la Ciudad que se encarga de los espectáculos deportivos está estudiando lo vivido en el Nuevo Gasómetro para dictaminar si inicia una investigación de oficio. “En la fiscalía sorprendió que no haya habido denuncias de los socios y las explicaciones livianas del Presidente”, señala un alto funcionario de la justicia. Posiblemente por temor a reprimendas, no hay manifestaciones judiciales de parte de socios, pero si se quejaron en otros ámbitos por el papel que jugó el club en esta situación, a la que muchos catalogan de “vergonzosa”. 

Desde el club, le habían admitido a Doble Amarilla que dicho espacio fue alquilado para un evento, pero aseguran que no lo contrató ningún barra y que no es responsabilidad del club quienes hayan participado del casamiento. "Se le alquiló el salón bajo de la Platea Sur a un socio y miembro de una agrupación política opositora y si en el festejo hubo algún barra fue por invitación de quien llevó adelante la celebración", respondió un miembro de la Comisión Directiva al ser consultado.

A pesar de la defensa de la justificación ensayada por Lemmens y la defensa institucional, la responsabilidad del club sería observada especialmente una vez que la Fiscalía decida comenzar con la investigación. La situación vivida y viralizada fue criticada por todo el arco de medios y por muchos socios del club, quienes no comparten el discurso oficial que indica que el protagonista de la fiesta no tiene causas judiciales ni derecho de admisión. “Las pruebas de los videos y las fotos son por demás elocuentes”, señalan. 

En diversos foros de hinchas de San Lorenzo, además de las redes sociales, los asociados se mostraron molestos y criticaron a la conducción de Lammens por alquilar un salón a un barrabrava, y luego, por justificar la situación. Ahora, los socios esperan que la Justicia no ponga sus ojos en esta situación para evitar así sanciones al club por el mal desempeño dirigencial y la connivencia con los violentos.