[De la redacción de DOBLE AMARILLA] Olimpo era un paciente en agonía que estaba esperando un desenlace al que sólo le restaba una sentencia… y la fecha del descenso fue este sábado en casa luego de la caída ante San Martín de San Juan… una caída que tiene múltiples factores pero un alto componente de administración económica-financiera.


Bahía Blanca, y el estadio Roberto Carminatti particularmente se había acostumbrado a sentirse de Primera gracias a un Olimpo que logró una continuidad de cinco años, la misma que había logrado luego del tan festejado ascenso de 2001.


El sube y baja del ‘Aurinegro’ desde aquel recordado 4-0 ante Instituto en 2001 marca cuatro descensos al Nacional B y consecuentes otros tres ascensos a la máxima categoría, aunque esta caída suena fuerte y hace ruido porque viene acompañado de una economía muy endeble que tardará en reencausarse.


El agónico festejo del año pasado ante Aldosivi en Mar del Plata fue el anuncio de un conjunto que no logró reaccionar, que vendió por necesidad, no pudo reforzarse como hubiera necesitado por números rojos y sufrió golpes de timón institucionales y de cuerpo técnico que contribuyeron con este final.
Lesiones, infortunios y apresurar a los más jóvenes completaron un coctail que no podía tener otro desenlace que esta caída con Mauro Altieri como presidente luego de las salidas de los emblemáticos y eclécticos Jorge Ledo y Alfredo Dagna.


En la Superliga estaban preocupados por el devenir de Olimpo, una alarma que ahora pasa a la AFA y que en Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) siguen bien de cerca porque sin el dinero de la televisión… habrá que repensar el club para no perder competitividad pero ajustarse a una realidad económica e institucional muy complicada.


Este andar errático se traduce en la sucesión de técnicos luego de los tres años de Walter Perazzo, con siete nombres en apenas tres años: Alejandro Giuntini (interino), Diego Osella, Cristian Díaz, Juan Barbas (interino), Mario Sciacqua, Rubén Forestello y Cristian Bassedas.


Bahía Blanca lamenta perder su plaza en la Superliga, Olimpo se entristece por no ser parte de la elite del fútbol argentino… pero hay veces que es necesario sentir el fondo para levantarse y, en el deporte, un descenso puede ser un punto de inflexión.