Los buenos resultados traen alegrías, buen clima y también, un marcado crecimiento de la figura de los jugadores, entrenador y dirigentes protagonistas de la buena cosecha. En Independiente ha pasado mucho de eso en los últimos tiempos desde el arribo de Holan, lo que provocó que haya roces manifiestos entre la dirigencia y el DT. 

Quienes secundan a Hugo Moyano y están más en el día a día del club ven en Holan un perfil demasiado alto, al que describen como “pide y pide, hace y deshace a su antojo y parece que estamos obligados a concederle todos los deseos. Hay que aplicarle un freno”, cuentan en la intimidad. Desde el mismo sector apuntan a que sienten que el DT los defraudó. “No pensábamos que fuera así”, dicen.  

El último foco de conflicto fue por el interés de Holan en sumar a Nicolás Domingo, postergado en River hace más de un año y medio. El DT lo quiere “si o si”. Y los dirigentes no están para nada convencidos de adquirir al santafesino. ¿El motivo? No están conformes con una característica que atraviesa a las incorporaciones de Holan: todos jugadores de más de 30 años, con nula proyección de venta y que hasta ahora, “no cumplieron las expectativas depositadas en ellos”, apuntan. También es cierto que han sido otros los jugadores pedidos por Holan que por diversos motivos no llegaron. Gargano, Marcone, Pinola, Goltz, son nombres que generan unanimidad en el buen concepto que se tiene de ellos pero que no llegaron al Rojo. Así, la búsqueda decantó en hombres que son más resistidos. 

Los casos de Walter Erviti y Emanuel Gigliotti son testigo. Sobre todo en el ex Banfield, de quien esperaban mucho más de su producción. “La dirigencia se sintió estafada con Erviti. Holan lo pintó como la salvación, y muchos dirigentes piensan que ya es un ex jugador”, afirmó una fuente consultada, que no es dirigente (con cargo) pero que sí está cerca del día a día rojo. Habiendo contratado en este libro de pases a Jonás Gutiérrez y a Amorebieta, los dirigentes no quieren sumar más jugadores mayores a 30 años. “Es una decisión institucional y Holan deberá entenderlo. Es el entrenador, no el presidente de Independiente”, dijo un dirigente de peso, marcando la cancha con determinación y autoridad.  

A la disputa y fuerte discusión con el Puma Damiani, al que Holan hace unos días trató muy mal delante de otros dirigentes según comentan en el club, se suma el desgaste de la relación con Montaña. Con Yoyo Maldonado la relación es distante y con Pablo Moyano el día a día empieza a complicarse. Mientras Hugo Moyano está lejos de la polémica, pero siempre atento a lo que sucede y a lo que le cuentan sus pares de Comisión Directiva. Ahí radica otro foco de conflicto con los dirigentes, que sumado a lo de las incorporaciones, hace que los días en Independiente no sean tan cordiales como se ven desde afuera.