(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Marcelo Gallardo atendió a la prensa en la antesala del River-Kashima que definirá quién se sube al podio en el Mundial de Clubes y que marcará el final de un año intensísimo para el elenco "Millonario", que incluyó dos finales ante Boca y la tensión de la Superfinal de América.

El "Muñeco" si bien no buscó excusas, ni ensayó lamentos de más, sí aceptó que "hay un partido por jugar, no el partido que queríamos jugar. Mañana vamos que jugar con los futbolistas que yo crea que tienen mayor energía, que pueden rendir de acuerdo a lo que yo crea. Lo definiremos de la mejor manera posible", aseguró.

"Nos embarcaremos a Buenos Aires para vivir y festejar y disfrutar del gran logro que conseguimos. Muchos hinchas estuvieron aquí y nos hemos cruzado queremos estar con el resto de la gente", deseó Gallardo, ya desde el principio de la Conferencia palpitando el regreso a Buenos Aires.

Sobre lo ocurrido ante el Al Ain, Gallardo subrayó: "De acuerdo a lo que veníamos de vivir no era fácil enfocarnos en esta competencia. Teníamos que ser muy precisos para poder salir de la euforía. No lo pudimos hacer, lo sentimos en varios pasajes del partido. Lo pudimos haber ganado. No busco excusas, no me gusta buscar excusas", aclaró y negó haber subestimado al rival emiratí: "De ninguna manera. Si estuvo presente en la rueda de prensa previa, lo advertí. Nunca hemos subestimado al rival. Está a a la vista de que siempre nos hemos comportado así".

Sobre el rival que se avecina aseguró: "Kashima es un equipo que tiene experiencia en esta competencia. Hace dos años tuvo un gran partido contra el Real Madrid. Los equipos japoneses han crecido mucho. También la selección. Es una selección respetada, lo demostró en la última Copa del Mundo. Es un fútbol que merece respeto".

En línea con Rodolfo D'onofrio, lamentó la dilación de la final de la Copa Libertadores, que hizo que quede muy cerca del inicio del "Mundial de Clubes": "Nuestra final estaba pautada para otro día, pero lamentablemente lo ocurrido hizo que los tiempos se acortaran, que hemos tenido unos viajes inoportunos. La Copa Libertadores se tendría que haber jugado en nuestra cancha, pasó lo que pasó, después tuvimos que viajar acá, tuvimos que hacer una adaptación rápida y en ese desgaste que tuvimos de 40 días venir a jugar esa competencia de privilegio no es fácil. No es fácil ganar la Copa Libertadores y después llegar aquí es un privilegio que no nos alcanzó con el envión anímico. Nos faltó un poco tiempo para poder jugar de otra manera".