(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Pablo Pérez no venía teniendo un gran partido frente a Talleres. Ofuscado consigo mismo, nunca le aportó a Boca esa calma que se requería para enderezar el rumbo en los momentos justos. De más está decir que la actualidad no acompañaba: los jugadores del 'Xeneize' venían de perder la final ante River por Supercopa, lo que provocó serios reproches del Presidente Daniel Angelici y una apretada de la barrabrava, que se acercó para pedir que se termine el ''puterío'' en el club y, además, que obtengan la Superliga y la Copa Libertadores.

Por si fuera poco, sumido en un escándalo que involucró recientemente a Walter Bou, el equipo de Guillermo Barros Schelotto había perdido brillo y contundencia en el último tiempo, sumando puntos sin convencer como antes. Para colmo, a pocos días del partido del campeonato, se lesionó Carlos Tévez, uno de los referentes del equipo.

Con todo en la garganta, el gol de Pérez, que significó la victoria ante el 'Matador' y medio campeonato en el bolsillo para el Club de la Ribera, representó un tremendo desahogo para el capitán, que se acercó a la platea xeneize y descargó toda su ira por medio de insultos. Según explicó el propio jugador a los medios tras el final del partido, el insulto iba dedicado a un hincha en particular, identificado como Cristian Alonso, y no a la totalidad de la platea, aunque admitió que ''se me salió la cadena''.

Según pudo saber DOBLE AMARILLA, tras el final del partido, algunos dirigentes del club coincidieron, en una primera charla, en sancionar económicamente al volante por insultar a la platea. El tema será tratado en los sucesivos días y, seguramente antes del próximo partido, se conocerá la decisión oficial de la institución.