(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Un día como cualquier otro. Una noche para observar de visitante al afamado River de Gallardo terminó con seis días presos en la Comisaría. Esa es la odisea que vivieron 10 hinchas del "Millo" que fueron detenidos (reprimidos, baleados y golpeados) por la Policía de la Provincia de Buenos Aires en el marco de un operativo de la Aprevide que Juan Manuel Lugones, titular de la agencia, calificó de "exitoso".

Abel Gómez, de 20 años, es uno de esos hinchas. Socio de River, vive en Monte Grande pero para él la distancia no importa y siempre que puede va a ver a River. Y la cancha de Lanús no fue una excepción. En medio de la represión, Abel sufrió 13 balazos de goma y sufrió un maltrato policial mayúsculo, en especial en las primeras 48 horas. Eso sí, con los otros 9 "perejiles", tal y como se llama el grupo de WhatsApp que formaron, surgió una amistad, un lazo que tiene que ver con haber ido a ver un partido y terminar seis días a la sombra, haciendo sus necesidades en una botella y sin entender, jamás, que había pasado. 

DA: ¿Cómo empezó todo? ¿Cómo terminó preso?
A: Por lo que dice la policía se empezaron a colar hinchas sin entradas. La policía empezó a tirar y ahí se armó todo. Yo estaba yendo a la cancha con mi entrada en mano y la terminé ligando, sin tener nada que ver. Todos los que detuvieron teníamos entrada, legal. La mayoría, incluso, somos socios de River. 

DA: Usted recibió 13 balazos de goma, ¿cómo fue ese momento?
A: Estaba yendo a la popular, dónde tenia mi entrada y estaba cerca del control. La gente empezó a haber ruido, la policía empezó a tirar y la gente empezó a correr para atrás. Ahí me atropellaron y caí. En el piso me empezaron a disparar. Me tiraron en el piso y también me patearon. Encima, ahí adentro, la pase peor. Es frío el lugar.

DA: Estuvieron seis días presos, ¿cómo fueron esos días?
A: Fueron difíciles, muy difíciles. No entendíamos porque estábamos ahí, encerrados. Pensábamos que a la madrugada, a la mañana como mucho, nos íbamos. Y no, largaron a la barra, a otro chico y a nosotros nos dejaron seis días presos. Nunca entendimos bien porqué.  

DA: La acusación es de "Resistencia a la autoridad", ¿En qué momento ocurrió ese delito? ¿Ustedes tuvieron acceso al expediente?
A: Es una causa armada contra nosotros. La policía nos contó que hubo tres oficiales heridos, entre ellos, una mujer porque los hinchas de River empezaron a tirar cosas y hubo una avalancha. Pero nosotros no tenemos nada que ver con eso.

DA: Ahora les va caer el derecho de admisión, dicen que serían dos años sin ir a la cancha
A: Sí, ahora encima eso. Yo soy socio, voy seguido y ahora no puedo ir. La idea ahora es que un abogado nos represente a los 10, que nos "limpie" la causa y nos saque del derecho de admisión. Ese abogado sería Fernando Burlando, que lo acercó Caselli.

DA: ¿Cómo fue volver a tu casa después de seis días preso? ¿Qué te dijo tu vieja?
A: Siempre estuvimos en al Comisaría. El sábado pudimos ver a las familias, todos llorando y conmovidos por lo que pasó. Imaginate que los 10 nos conocimos ahí en la celda. Y ahora hasta tenemos un grupo de WhatsApp. Mi vieja lloraba como loca. Tuvo miedo. 

DA: ¿Tienen pensado emprender acciones legales contra Lugones, el Aprevide, la Provincia?
A: De mi parte sí. Yo tengo 13 balazos de goma en la pierna y yo no hice nada. Me trataron re mal. Me rompieron la entrada en mi cara y me dispararon 13 veces. Tengo todo a mi favor y tengo testigos de lo que digo. Pero todavía no hablamos nada de eso en concreto. Yo tengo 20 años, estoy sin trabajo y cuesta conseguir algo ahora. Ni hablar ahora, con "antecedentes penales" por no hacer nada. 

DA: ¿Cómo se curó las heridas estando detenido? ¿Recibió atención inmediata?
A: Fue horrible. El mismo miércoles me trasladaron a una salita. Ahí me limpiaron, me pusieron una gasa y me dejaron. No me paraba de sangrar, todos los días le pedía al comisario que me lleven a curarme y no me daban bola. Recién el sábado a la tarde nos empezaron a tratar de otra manera y me llevaron para hacerme ver. Hasta ese momento, los chicos me ayudaban a limpiarme. Yo la pasé peor, porque me dolía, no dormía, tenía la pierna muy hinchada y los agujeros infectados. 

DA: ¿Cómo fue el trato policial en sí en esos seis días?
A: Miércoles y jueves nos trataban como criminales. Pero a partir de ahí, nos trataron muy bien. Nos hacían pasar la comida, nos daban agua caliente para el mate y nos dejaban ir al baño. Pero los primeros dos días hacíamos pis en una botella. Cuando se dieron cuenta que nosotros no habíamos hecho nada, el trato cambió. 

DA: Ahora, ¿cómo sigue la causa?
A: Tenemos que ir a firmar dos veces por semana. Lunes y miércoles. Tengo que ir a firmar... porque tengo que ir a firmar, ni sé por qué. Por algo que no hicimos aparte. Ni hablar los pibes que tienen trabajo, es complicado ir dos veces por semana hasta Lanús.