(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Pablo Pérez fue uno de los protagonistas principales de la bochornosa tarde del sábado, como principal damnificado por el ataque de los hinchas de River al micro que trasladaba al plantel de Boca. Por el estallido de los vidrios, como consecuencia de los piedrazos, sufrió una lesión en el ojo izquierdo que finalmente derivó en la suspensión del Superclásico.

Este lunes, el volante volvió a pasar por el Sanatorio Otamendi para ser evaluado y a la salida disparó munición gruesa, con la denuncia de que los proyectiles siguieron impactando hasta que llegaron a la puerta y, además, "cuando salimos del estadio con Lamardo nos siguieron tirando a la ambulancia".

En la misma línea, quien salió a hablar también fue el médico de Boca, Jorge Batista: "En la ambulancia recibimos un impacto que pensábamos que era un disparo", afirmó en diálogo con TyC Sports. "Yo no puedo decir que era una zona liberada, pero acá se perdió el respeto, la educación, el respeto por la autoridad. La gente por la calle va con miedo", agregó Batista.

Estas declaraciones del lado de Boca apuntan a que las agresiones contra el plantel xeneize siguieron en la misma puerta del estadio Monumental y no quedaron solamente en la famosa curva como muestran la mayoría de los videos. Y es que del lado de River argumentan que los ataques graves se dieron afuera del perímetro de seguridad.

En el caso de comprobarse el argumento que exponen desde Núñez, podría quedar sin efecto el artículo 8, que dice que el club local es responsable por la Seguridad en el estadio y en las adyacencias.