En la iconografía del fútbol argentino, el Mundial de México 1986 es imbatible. La mano de Dios, El gol a los Ingleses, los dos goles a Bélgica, la corrida de Burru, pero, en imágenes emblemáticas, quizás el de Italia '90 lo supere. Diego y su tobillo destruido antes de jugar con Brasil, Goyco y las manos mágicas ante Yugoslavia y en la semi ante Italia, Diego y sus insultos a los italianos por silbar el himno, su enojo con los rivales, un capitán encendido.

Notte Magica en el Mané Garrincha: el tobillo de Leo, las manos del Dibu y la arenga previa a los penales con aroma a Italia '90

En la noche del Mané Garrincha, en el partido que Argentina le ganó a Colombia, hubo muchas imágenes que recordaron a ese Mundial. El tobillo de Lionel Messi, ensangrentado por la violencia de los jugadores colombianos contra él, en especial Frank Fabra, el causante de la entrada. Con el tobillo así, Messi siguió jugando e incluso regaló una corrida en la que se bancó a Juan Cuadrado, Davinson Sánchez y hasta le tiró un caño a Wilmar Barrios. Y todo con el tobillo destrozado. 

Después, claro, la definición por penales hizo recordar al gran Goycochea. Emiliano Martínez, incluso, superó a Goyco. El Vasco atajó dos penales ante Italia y Argentina pasó a la final. El Dibu, ante Colombia, atajó tres. Algo que nunca se había logrado en la Selección Argentina y que en la historia de la Copa América sólo se había logrado una vez sola: el primero en lograrlo fue el mexicano Adolfo Ríos contra Ecuador en 1997.

Luego, la celebración estalló en el vestuario del Mané Garrincha, como estalló en aquel San Paolo o en el Estadio Azteca o, más acá el tiempo, en el vestuario del Arena Do Sao Paulo, cuando "chiquito" Romero había tapado dos penales en la tanda ante Holanda. Otra noche mágica de la Selección. Otra notti Magiche.