(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Su presencia imanta. El Diez vivió una noche de emociones fuertes en el estadio del Zenit, en San Petesburgo. Presente como en cada partido de la Selección Argentina, Diego se dejó ver desde temprano en el lugar, se lo vio muy animado bailando cumbia con una nigeriana, se sacó fotos, y antes del partido pidió a viva voz "huevos". 

Con el gol de Lionel Messi, Diego lo gritó y lo celebró con ambos brazos cruzados en el pecho, seguramente muy feliz porque el autor haya sido, justamente Lionel. Luego, se lo vio hasta dormido. 

Revivió con el 2-1 de Marcos Rojo. Ahí, estalló. Tuvieron que sostenerlo mientras tenía medio torso por afuera del palco y terminó enajenado, haciendo gestos hacía la parte baja del estadio. Al finalizar el juego, dónde también se produjo el encuentro con Guillermo Coppola, el Diez terminó extenuado. Una noche de emociones fuertes. 

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