Una Doha que lentamente va recuperando su estado premundial. Todavía masticando bronca por el efecto del boicot de los países europeos, el centro de Doha en West Bay, Corniche, La Perla y hasta la popular Katara Beach junto con el tradicional Souq Waqif, lucen despoblados. Incluso, la perspectiva de cantidad de hinchas que se esperaba en esta Copa del Mundo llegó a la mitad. 

En estos días, la idea es hacer una gran fiesta árabe, ya que han aterrizado una gran cantidad de aviones de ciudades vecinas de la región pérsica para poder llevarla a cabo, ante una sensación latente de 'fin de fiesta'. 

En estas últimas horas, los lugares concurridos son los emblemáticos e históricos y ya no se encuentra un gran caudal de personas en cada esquina o lugar.

Los argentinos y los marroquíes son, sin dudas, los protagonistas extranjeros de una ciudad que dejó atrás las tres semanas con más población en 41 años de historia moderna. Las vallas multiplicadas por mil en todos los rincones, los miles de voluntarios, el despliegue de policía ya luce exagerado en este enclave del Golfo Pérsico. 

El martes y miércoles será tiempo de semifinales y todos los ojos del mundo estarán en Doha, aunque este fin de semana lentamente “la Perla” del Golfo Pérsico va retomando algo de su ritmo premundial.

Gracias a este Mundial que llega a su semana final, la idea de Qatar es triplicar en los próximos 8 años al turismo que llega al país y así poner a Doha dentro de las grandes urbes turísticas del Golfo Pérsico, según averiguó Doble Amarilla.

Además se continuarán realizando eventos deportivos, culturales, sociales y económicos para que Doha sea una de las ciudades indispensables a conocer de la región.