Argentina, líder absoluto de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2026, venció esta noche con autoridad a Perú por 2-0 en el Estadio Nacional de Lima, con un doblete de su capitán, Lionel Messi, quien retornó a la titularidad tras dos fechas.

Sin señales de problemas físicos, el astro jugó todo el partido en su esplendor y resolvió el partido con dos definiciones magistrales a los 32 y 42 minutos del primer tiempo.

Las dos conquistas lo proyectaron como el nuevo máximo goleador histórico de las Eliminatorias mundialistas de la Conmebol con 31 tantos, dos más que el uruguayo Luis Suárez.

El seleccionado campeón del mundo sumó su cuarta victoria consecutiva en la competencia y estiró a cinco puntos la ventaja sobre sus escoltas Uruguay y Brasil, rivales a los que enfrentará en noviembre de local y visitante, respectivamente.

Perú (1) se mantuvo en el penúltimo puesto de las Eliminatorias, sólo por encima de Bolivia (0), sin victorias ni goles a favor y con un DT (Juan Reynoso) cada vez más cuestionado por su hinchada.

Argentina le pagó a Perú con su misma moneda porque cuando el juego no salía de la paridad hizo la diferencia con dos transiciones, que fue la estrategia con la que el seleccionado local intentó dañar al campeón del mundo.

Por propia identidad, el equipo de Scaloni asumió el protagonismo con un fútbol posicional, de progreso a través del pase, en el que Messi insinuaba peligro cada vez que se ponía de frente a la jugada.

Antes de marcar sus goles, el capitán le dio dos mensajes al arquero Pedro Gallese con un remate bajo desde afuera del área (3m.) y un tiro libre (10m.) por una falta recibida a centímetros del área.


Perú encaró el partido como una final y pobló la mitad de la cancha para recuperar la pelota e intentar ataques directos sobre la valla de "Dibu" Martínez, el arquero récord de Argentina.

Reynoso tomó nota de la ocurrido el jueves en el Monumental ante Paraguay e incomodó a Alexis Mac Allister con un buen trabajo de Yoshimar Yotún en la presión para que no tuviera libertad en la circulación de la pelota.

Wilder Cartagena mantenía a raya a Enzo Fernández y Julián Álvarez jugaba de espaldas al arco, rodeado por los marcadores centrales. Por momentos, sólo Messi mostraba la lucidez para ocupar los espacios libres y darle sentido al juego argentino, en el que también destacaba la polifuncionalidad de Rodrigo De Paul.

Después de un disparo por elevación de Paolo Guerrero, que puso en riesgo el invicto de "Dibu", la Selección llegó al gol en un rápido cambio de fase defensiva a ofensiva. Enzo trasladó la pelota 30 metros, abrió para Nico González a la izquierda y Messi apareció por el centro para definir con maestría al ángulo superior izquierdo. Una resolución tan sencilla como admirable, propia de un genio.


Si Perú se mostraba en partido por la intensidad y la concentración mostrada durante el 0-0, la desventaja hizo que comenzara otra historia. La impaciencia de su público, con su pedido constante de atacar, se trasladó al campo de juego y eso dio paso al desorden.

Argentina lo aprovechó con inteligencia y aumentó la distancia en una nueva transición que Messi definió con un zurdazo certero, tras otra participación positiva de Enzo.

La diferencia al descanso pudo tomar dimensión de goleada si Gallese no le hubiera negado el tercero a Julián en una de las últimas acciones de la primera parte.

Para la segunda, el DT de Perú pateó el tablero con cuatro modificaciones pero el partido ya estaba demasiado cuesta arriba y frente a un rival en estado de gracia.


El equipo "albiceleste" contuvo los arrestos ofensivos de un rival apurado, aun con el contratiempo de haber cambiado el costado derecho de su línea defensiva por las molestias de Gonzalo Montiel y "Cuti" Romero.

Y sin perder ambición, pese al absoluto control del partido, continuó en la búsqueda de más. Messi pudo haber llegado al "hat-trick" en un país donde nunca había convertido a lo largo de su carrera.

Ya en el cuarto de hora final, el juego perdió intensidad y estadio, ya apagado por la desilusión del marcador, sólo reaccionó ante la invasión de fanáticos para sacarse una foto con Messi.