(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) En una entrevista que le realizó el diario "Marca", Diego Maradona abrió una vieja herida que tendrá por siempre: la final del Mundial de Italia 1990 y el polémico arbitraje de Edgardo Codesal en ese partido.

El periodista del medio español le preguntó a Diego por él, sabiendo que el colegiado azteca está pasando por un delicado momento de salud. Pero a Maradona poco le importó y dejó muy en claro que no hay ni olvido ni perdón para el "pito" de la final ante los alemanes.

"Un ladrón", lo definió. Cuando el colega le mencionó que estaba mal de salud, Diego ni lo dejó terminar: "No me importa, no me importa".

El mismo periodista quiso saber si, con el tiempo transcurrido, 28 años, Diego había logrado perdonar al árbitro de aquel partido: "Lloré mucho por su culpa. Ojo, tampoco me río de la mala salud de nadie. A nadie le gusta estar enfermo. Pero... si le tocó, por algo fue", cerró Diego, memorioso como nadie si de la camiseta de la Selección Argentina se trata.