(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Fue un día movido para Mauricio Macri el de ayer. Mientras en Barcelona tiraban abajo el partido con Israel,a él le tocaba "atajar" a su par, el Premier Israelí Benjamín Netanyahu que quería que el partido se juegue si o sí. Si bien desde un primer momento el gobierno argentino impulsó el encuentro y no puso objeciones a su traslado a Jerusalén tal y cómo contó "Doble Amarilla", con los aprietes y amenazas que recibió la Selección optó por hacerse a un lado y dejar la decisión en manos de los futbolistas.

En el brindis por el "Día del Periodista" Mauricio Macri charló brevemente con los colegas acreditados en la Casa Rosada y debió referirse al tema: "Hay que estar en el lugar de las amenazas que recibió Messi y su familia", expresó comprensivo de la decisión tomada por el plantel, postura motorizada por el "10" de la Selección, tal y cómo contó "Doble Amarilla" en el día de ayer.

Macri, además, calificó las llamadas del Premier Israelí, Netanyahu, como "incómodas" y contó un poco la trastienda de esas comunicaciones: "Fue una cosa incómoda. Me llamó para pedirme que interceda. Hablé y lo volví a llamar. Preferí decirle la verdad lo antes posible para que no se haga falsas ilusiones. Ya habían tomado la decisión los jugadores", aceptó.

También, futbolero de ley, palpitó el Mundial que está a punto de comenzar y al que finalmente no asistirá: "Hablé con varios jugadores. Los vi con mucha armonía. Eso es fundamental en el grupo, que no haya tensiones ni diferencias en el plantel, el técnico y los dirigentes", concluyó la máxima autoridad del país.