(Desde Bronnitsy, Rusia) Un día después de la eliminación de Rusia 2018 con derrota 4-3 ante Francia en Kazán, Lionel Messi dejó por la mañana la concentración de Argentina en Bronnitsy y arribó por la tarde a Barcelona.

El “10” dejó el aeropuerto con la ropa de la Selección Argentina, sin hablar con la prensa y fue recibido por su esposa, Antonela Rocuzzo, en una camioneta para llevarlo hasta su casa en Casteldefels. 

Luego de quedar afuera del Mundial, el plantel fue liberado para regresar a sus respectivos hogares y el capitán buscó la contención de su familia en un silencio que dice mucho pero no aclara todo.

En el círculo íntimo del jugador admiten que no quizo ser preso de sus palabras como luego de perder la final de la Copa Centenario en Nueva Jersey cuando anunció su retiro y al tiempo regresó. Por eso prefirió el silencio, tomarse un respiro, digerir el trago amargo y luego repensar los pasos a seguir.

Lo que es seguro es que de continuar en la selección no lo hará en este 2018, aunque no se descarta un parate aún mayor que incluya la Copa América de Brasil del año próximo... además mucho tendrá que ver el entrenador que asuma en la selección, si es que Jorge Sampaoli no continúa en su cargo.