(Desde Moscú, Rusia) La tenencia de la pelota no te convierte en un equipo ofensivo y mucho menos te garantiza tener las mejores opciones de gol en un partido. Y cuando tenés carencia de aceleración y sorpresa en los últimos 35 metros del campo... todo es aún más difícil.

El empate 1-1 con Islandia en el debut del Mundial de Rusia ratificó todas estas máximas y, además dejó a la selección argentina envuelta en un cocktail de interrogantes, preocupaciones y esperanzas.

Entre los interrogantes aparece el juego colectivo de Argentina porque si bien se tuvo posesión de la pelota, pocas veces se logró la profundidad y la explosión necesaria para sorprender a un rival con un planteo ordenado y defensivo.

Las bandas se transformaron en terreno fértil que dejaba Islandia para invitar a la Argentina a terminar sus jugadas en centros para que las torres vikingas se impusieran con autoridad ante una ofensiva mucho más baja.

La defensa se mostró endeble cuando Islandia proponía el vértigo en sus transiciones rápidas de defensa a ataque, con un acople defectuoso entre el doble cinco de Mascherano-Biglia con la última línea.

La soledad de Messi ya parece un monólogo repetitivo y aburrido pero el astro del Barcelona pocas veces encontró ese toque de primera que necesita en velocidad para sortear rivales y quedar de frente al arco. Por otra parte, Leo estuvo impreciso en los tiros libres y en el remate final de sus jugadas individuales… algo que además, se trasladó a la ejecución del penal.

Además, de estos interrogantes, la actuación de la selección dejó preocupaciones que Jorge Sampaoli deberá dilucidar en apenas cuatro días de cara al partido del próximo jueves ante Croacia en Nizhni Nóvgorod.

Si bien en el plan inicial, aunque el estreno ante Islandia hubiese sido triunfo, marcaba cambios para la segunda presentación muindialista habrá que ver si la actuación general de Argentina no aumenta la cantidad de modificaciones en el once titular ante los croatas.

Por último, la esperanza es el matiz que proyecta la ilusión porque estos jugadores tienen el potencial de jugar mucho mejor y además cuentan con el as de espadas que es Lionel Messi.

Como dijo Mascherano y ratificó Sampaoli luego: “Esto recién empieza”, aunque ambos coincidieron que “el camino es largo”… y, en ese punto, todo dependerá de la capacidad de este plantel para asimilar el golpe y mostrar su mejor versión en los últimos dos compromisos del grupo D. Igual hay que entender que se este empate agotó el crédito y que esta montaña rusa ya no de más revanchas.