[De la redacción de DOBLE AMARILLA] “Dame tiempo que en dos semanas estoy entrenando con el grupo. Tengo el panorama claro porque lo hablé con el médico en Manchester”, fueron algunas de las palabras que Sergio Romero, entre lágrimas, le esbozó a Jorge Sampaoli antes de la decisión de determinar su baja de la selección para el Mundial de Rusia.

Los momentos del regreso de Chiquito al predio luego de hacerse los estudios fueron algo traumáticos porque el arquero titular en las Copas del Mundo de 2010 y 2014 peleó para seguir luchándola desde adentro pese al “bloqueo articular en su rodilla derecha”.

“No puedo arriesgar. Lo dije ayer en la conferencia de prensa… estamos al límite y tenés para cuatro semanas…”, fue la respuesta de un entrenador que sabía que luego de esa decisión llegarían horas de sosiego para un grupo que recién estaba reuniéndose.

De aquella lesión en Madrid cuando debió abandonar el campo al minuto 21 de juego a esta sensación en la misma rodilla derecha al finalizar la práctica matutina de ayer pasaron apenas 56 días para un aquero titular desde 2009 y con 94 partidos en la valla albicelste.

En aquella fatídica noche del 1-6 en Madrid, Chiquito sufrió un desprendimiento de un cartílago que ayer lo que hizo fue alojarse en un lugar que le generaba el bloqueo de la rodilla derecha al arquero.

“Me opero mañana mismo, ya lo hablé con los médicos. Bancame como al "Kun" (Agüero), a Lucas (Biglia) o a Gaby (Mercado)”, fueron las palabras en llanto que Chiquito esbozó luego de cumplir con la ecografía y la resonancia magnética.

Los médicos ratificaron que en tres semanas y media el jugador podía estar disponible, pero fue el técnico quién preso de sus palabras del día anterior decidió ser consecuente y optó por cambiar y citar a Nahuel Guzmán.

En la última gira, Sampaoli le había adelantado a Romero que pelearía el puesto de titular con los otros dos arqueros en un diálogo de más de dos horas que había dejado al arquero con un sinsabor de boca. A diferenca de todo lo que lo ocurrió en los ciclos anteriores, en el entorno de Romero entienden que nunca fue "él arquero de Sampaoli".

El grupo, que vivió esta situación anómala, deberá reponerse fundamentalmente desde el aspecto anímico porque Chiquito era un baluarte y casi un histórico de la última década… no por nada recibió tantas muestras de cariño de propios y extraños.

Sin psicólogo en el plantel por decisión del entrenador, el preparador físico Jorge Desio será el encargado junto al propio Sampaoli y Pablo Aimar de buscar fortalecer a los jugadores de cara a la recta final de la preparación que desembocará en el debut ante Islandia el 16 de junio en Moscú.

El día después del adiós de Romero fue duro para el propio arquero y para sus compañeros… una situación que puede debilitar o fortalecer el camino mundialista. Todo depende de las próximas 72 horas aseguran los profesionales que analizan estados de ánimo de grupos humanos.