Messi y los muchachos llegaron en un clima de absoluta serenidad. Insólitamente casi no había hinchas esperándolos ya que al mismo tiempo se estaba llevando a cabo un banderazo argentino en la céntrica Plaza Roja. Es por eso que sólo 4 coterráneos los esperaban en las puertas del hotel. Se trata de 4 cordobeses que lograron que el propio Lionel Messi parara, los saludara y les firmara la camiseta. Una hora después seguían extasiados de tanta emoción por el contacto terrenal con el capitán.

Rápidamente los jugadores y el staff de la Selección se instaló en las habitaciones. El hotel no estaba bloqueado por completo para el conjunto nacional. Sólo dos pisos quedaron inhabilitados. En el resto había turistas. Obviamente las medidas de seguridad fueron esctirctas e incluían controles de metales por los que tuvieron que pasar el propio Jorge Sampaoli y Nicolás Tagliafico por llegar luego del plantel ya que estaban dando la conferencia de prensa en el estadio donde mañana arrancará el sueño argentino mundialista.

“Los jugadores están tranquilos. El capitán está muy bien físicamente y muy concentrado. Ya quieren jugar”, contó a Doble Amarilla una fuente con acceso al minuto a minuto del plantel. Para distraerse, los jugadores miran televisión argentina, en especial programas que les saquen una sonrisa y los distraigan (obviamente, noticieros no).

A las 21 (de la hora Moscú), la Selección cenó y miró el partido de España frente a Portugal, donde Cristiano Ronaldo anotó tres goles. Algunos empezaron a esbozar que la actuación del crack del Real Madrid podría generar alguna preocupación en las Selección y en Messi, sin embargo la respuesta de sus cercanos fue tajante: ”Está muy motivado y conectado”.

Mientras en el lobby, algunos hinchas ya se pudieron meter y otros tuvieron que verlo desde afuera. Pudo verse a Demichelis llegando para saludar a los jugadores y hasta a Marley, quien viajó con su pequeño hijo Mirko.