(Desde Kazán, Rusia) No hubo guiño del destino… o más bien ese guiño duró hasta el gol de Gabriel Mercado, el 2-1 ante una Francia que luego se recompuso y derrotó por 4-2 a la Argentina y la eliminó del Mundial de Rusia, poniendo punto final no sólo a la participación albiceleste sino a una generación que se despidió hoy en Kazán.

El planteo, con Messi como falso nueve no resultó durante todo el encuentro y hubo varias señales para tener que esperar 65 minutos para desarmarlo… una eternidad.

La primera señal que sería una tarde complicada llegó con el penal convertido por Antoine Griezmann al minuto 13, tras una falta de Marcos Rojo a Kylian Mbappé luego de una corrida de 70 metros de la nueva figura francesa.

Allí parecía que el conjunto ingresaría en un túnel muy oscuro porque Enzo Pérez se ubicaba de nueve y Messi se iba a su lugar en la cancha: la derecha del ataque. Todo parecía no tener forma de encaminarse porque además el conjunto albiceleste perdía a espaldas fundamentalmente de Gabriel Mercado con las trepadas de Lucas Hernández.

Pero llegó el aire fresco con una pelota que al minuto 41 le quedó a Ángel Di María para sacar un remate furibundo y ubicar el balón en el ángulo superior izquierdo de Hugo Lloris. Ese fue el mejor momento anímico de un equipo que recibió un apoyo excepcional del público a la hora de irse al descanso que sirvió como aire fresco para esta verdadera batalla de Kazán. No hubo, en todo el partido, indicios de que el equipo no haya tenido amor propio y corazón. Eso, fue el gran punto alto. 

Y en el inicio del segundo tiempo llegó la explosión con otra señal de la fortuna luego de una pelota que le quedó a Messi en el minuto 48 para sacar un remate rastrón que encontró el desvío de Mercado para ponerse en ventaja.

El 2-1 era demasiado premio para un equipo con un planteo errante que además encontró a un Cristian Pavón que no pudo despegar y al que le costó ser titular en un partido tan decisivo.

Francia no se desesperó y confió en poder darlo vuelta… una remontada que comenzó también con un tiro fortuito: el que ensayó Benjamin Pavard tras un centro de izquierda a derecha en una pelota que enganchó con un tremendo remate que se coló en el ángulo de Armani.

El empate francés logrado en el 57’ desencadenó once terroríficos minutos para Argentina, que sufrió en carne propia al Mbappé: primero con una definición cruzada de arremetida de la joven estrella del PSG y luego con una jugada colectiva que movió la pelota de izquierda a derecha para un remate cruzado del sonriente niño de 19 años. Sobre el cierre del partido, ya en tiempo de descuento, Agüero puso el 4-3 que terminaría siendo el resultado final. 

Todo el silencio del Kazán Arena se sumaba a la tristeza de miles de argentinos que no encontraban consuelo a esta eliminación. Los franceses festejaron pero al ser menos no conseguían contrastar la desolación del dolor de ya no ser.

El camino de Argentina en este Mundial de Rusia terminó con la sensación que algo más quedó en el camino: una generación que dejará su lugar para los jóvenes, pero que cayó de pie.