(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Nunca en la historia Buenos Aires gritó tanto los goles de Nigeria como este frío mediodía del 22 de junio. A 32 años del partido en que Diego inmortalizó "la mano de Dios", la mano, esta vez, fue nigeriana.

El elenco africano venció 2-0 a Islandia y le regaló a la Argentina una oportunidad que parecía tan lejana como el buen fútbol en Nizhní: depender de sí mismo. Si el equipo de Jorge Sampaoli le gana a Nigeria en la última jornada e Islandia no golea a Croacia, la selección albicelestes accederá a octavos de final como segunda del grupo D. 

El nombre del gol, de los gritos y de la ilusión es el de Ahmed Musa. Un doblete del delatero puso las cifras definitivas en Vogogrado. Para colmo, Islandia desperdició un penal que lo podía haber pueso 1-2 y quedar con dos goles de "gracia" en relación a la Argentina en cuánto a la diferencia de gol.

Pero ojo, porque si Nigeria logra empatar con la Argentina, los africanos podrían ser los que accedan a octavos. Así que lo que hoy es vida, mañana puede ser lo contrario. Argentina deberá mejorar (y mucho) para lograr la victoria que necesita ante el elenco de las "Súper Águilas". Pero eso será para mañana, hoy, es hora de volver a respirar y, porque, no ilusionarse con la épica.