(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) En Moscú ya quedan sólo dos días para el inicio del Mundial, con el duelo entre Rusia y Arabia Saudita. Si bien el público moscovita no está excesivamente entusiasmado con el torneo, sí es cierto que la escenografía de la ciudad está cambiando.

De pronto, en medio de la calle, un grupo de locos, saltan, cantan, se ríen, se abrazan. Llevan camisetas de River, de Boca, de Independiente, de San Martín de Tucumán, del equipo del barrio, pero , en especial, una camiseta celeste y blanca que embandera a todos detrás del gran sueño.

Bombos y aliento, con el ritmo de "Imposible" de Callejeros, los fanáticos argentinos empiezan a conmover Moscú, como sucedió en Río, hace cuatro años. Con otras normas, con mucha más rigurosidad de parte de las autoridades pero, más allá de eso, los hinchas albicelestes se las arreglan para hacerse sentir y hacer que más de un ruso al que poco le importa el Mundial se vea obligado a sacar el celular y filmar a esos locos que cantan, saltan y lloran embanderados de albicelestes.