(Desde Kazán, Rusia) La Selección argentina puso punto final a su Mundial de Rusia en Kazán y con el pitazo final del iraní Alireza Faghani una generación pudo haber vivido sus últimos instantes con la camiseta albiceleste.

En la zona mixta Javier Mascherano tomó la posta y ratificó la decisión que había tomado incluso antes de su desembarco en Moscú de que este sea su último torneo con la selección tras 16 años desde su época de sparring 2002. El otro jugador que también se detuvo en la zona mixta y ratificó que seguía los pasos de Mascherano fue Lucas Biglia, que comenzó este Mundial como titular y los últimos tres partidos le tocó verlo desde el banco.

Por edad, los dos volantes centrales tenían claro que era tiempo de renovación y su paso al costado le permitía al próximo técnico tener la libertad de convocar a nuevos jugadores. Sin embargo, la sensación que flotó en el aire de Kazán es que habrá otros jugadores que seguirán por decisión propia este sendero marcado por Mascherano y Biglia.

En este grupo el nombre que por peso propio y que incluso puso en duda su continuidad antes del Mundial, es Lionel Messi. Su frustración mundialista y las vivencias no tan alegres vividas en su estadía rusa podrían precipitar un adiós definitivo o al menos un año sabático que incluiría la Copa América del año próximo en Brasil.

Gonzalo Higuaín, Sergio Agüero, Ángel Di María, Ever Banega y Marcos Rojo son los otros históricos de esta generación que deberán tomar una decisión sobre su futuro.

Agüero se anticipó a decir que estará a disposición del nuevo proceso pero, quiénes lo conocen al Kun saben que su decisión final estará atada a la suerte de Messi.

La renovación se impone por coyuntura y habrá que esperar que las aguas se aquieten para ver si aparece la voz de los otros integrantes de esta generación con sus decisiones.