(De la redacción de DOBLE AMARILLA) España y Portugal regalaron el partidaz que se prevía. Seis goles, resultado cambiante, un equipo que da gusto como el español y una estrella en todo su esplendor como Cristiano Ronaldo. Rusia 2018 ya tiene su primer partido para la posteridad.

La victoria de Irán dejaba a ambos elencos europeos precisando ganar, para no correr de atrás. Sin embargo, el reparto de puntos fue una consecuencia de lo que sucedió en Sochi y no una búsqueda de los equipos.

Rápido, a los 2', CR7 empezó a lastimar la red española. Cambió por un gol un "penalcito" que le cometieron a él. Con el 1-0 a favor de Portugal, España tomó el control del partido, y no lo largó más. Empató con Diego Costa, a los 24' del primer tiempo y, cuando se veía venir el 2-1 del elenco de Hierro, la estrella del Real Madrid (con complicidad de De Gea) anotó el 2-1 a los 44'.

En el segundo tiempo, España no cambio su libreto y sometió a Portugal. Le dio vuelta pronto el partido, con otro de Diego Costa (la rompió, pero CR7 lo eclipsó) y un golón de Nacho, el suplente de Dani Carvajal, que no jugó este partido. Ya con el 3-2 en el marcador y el dominio abrumador de parte del elenco de la "Madre Patria" nada hacia presagiar un empate luso.

Pero Cristiano tenía otros planes. A 3' del final se fabricó un tiro libre de riesgo y él mismo lo cambió por gol ante un De Gea que sólo pudo mirar.

Sólo el brillo de Cristiano Ronaldo pudo opacar a una España sólida, dominante, segura de sí misma, y sin rastros de cimbronazo alguno tras la salida de Lopetegui. Fue un partidazo, que deja a los dos dependiendo de sí mismos.

La lucha por el primer puesto del B promete arder. Culminada la primera jornada, el sorpresivo líder es Irán. España mereció acompañarlo, pero Cristiano tenía otros planes y lo dejó muy claro.