(Desde Moscú, Rusia) Se tomó su tiempo, pero el clima de Mundial ya se instaló, de lleno en Moscú. En una ciudad que per se no luce el entusiasmo que tenía Río de Janeiro cuatro años atrás, a menos de 24 horas del inicio del torneo, le llegó la "fiebre mundialista".

El centro de la cosmopolita Moscú está tomado. Son hinchas de varias nacionalidades, embanderados, en grupos o sólos. Reina la buena onda y los cánticos. Saltos, alegría y ansiedad. El Mundial ya está aquí.

En el lugar, una suerte de "Florida y Corrientes" moscovita, se puede ver como la gente se fotografía o se saca selfies, como se intercambian camisetas y como, en la previa del primer partido de los 64 del Mundial, la buena energía y el crisol de razas, sin incidentes, domina la escena. 

En Moscú ya es de noche. Noche bien entrada. Y la fiesta sigue en las calles, la viglia antes del Rusia-Arabia Saudita se hace sentir. Y aunque el partido en sí no entusiasme demasiado, y los primeros platos fuertes lleguen con el segundo día, el hecho que el Mundial esté por comenzar es motivo suficiente para la alegría y el fervor popular, sin distinción de razas ni banderas.