(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Cuando se organiza un Mundial, primero hay que pensar en la inversión que debe hacer el país anfitrión. Y luego, una vez que llega el momento de la competencia, en la plata que recauda por todo tipo de servicios: desde hotelería, gastronomía, vestimenta y merchandising. 

Lógicamente, las ciudades con más partidos, son los centros del consumo. Moscú y San Petersburgo son las sedes donde se gasta mayor cantidad de dinero, con U$S 26 y U$S 8 millones, respectivamente. Luego, las siguen: Sochi (U$S 1,6 millones), Kazán (U$S 1,1 millones) y Ekaterimburgo (U$S 760 mil). Estos números refieren a las primeras semanas de la competencia. 

En cuanto al consumo, la mayor cantidad de dinero se gasta en hospedaje, ropa y accesorios de moda (merchandising) y restaurantes. El estadio top, es el moscovita Luzhniki, que lideró entre todas las sedes del torneo en cuanto al total de transacciones de pago. Solo en esa cancha, se gastaron U$S 2,2 millones divididos en partes iguales entre rusos y extranjeros. El top de los partidos en ese estadio fue el inaugural. Segundo, aparece Alemania – México. Pero, en las afueras del estadio, el encuentro entre teutones y aztecas es la principal referencia: nunca, ni antes ni después en el Mundial, se vendió tanta cerveza como ese día. 

Por último, como promedio, los aficionados rusos realizaron el doble de transacciones para pagar comidas y bebidas en comparación con los fans extranjeros; no obstante, el monto promedio por transacción realizada por asistentes al torneo procedentes del extranjero fue 1.5 veces más alto que las compras realizadas por los rusos en esas categorías.