Si bien en el discurso público tanto FIFA como el tándem Conmebol-UEFA es conciliador, el Summit de este lunes dejó evidenciado que no hay voluntad tanto de la entidad madre, como así también de sus pares continentales, de encontrar un punto de encuentro para un rumbo que puede desembocar en una ruptura histórica y un cisma del fútbol mundial.

Sin punto de encuentro aparente, Gianni Infantino ya avisó en forma elíptica que tiene los votos para aprobar el nuevo calendario internacional con la propuesta del Mundial bianual pero esto generaría un quiebre en las relaciones bilaterales con UEFA y Conmebol que, por su parte, ya advirtió que avanza como en un carril paralelo con la Nations League conjunta desde la edición 2024/25.

En la conferencia de prensa posterior al Summit, Infantino se mostró dialoguista en continuar el debate pero previamente presentó dos informes de viabilidad económica del Mundial bianual, prometió mayores ingresos para las asociaciones miembro y junto con una encuesta mundial de aceptación adjuntó unas 700 páginas del proyecto que cuenta con Arsene Wenger como cabeza ejecutiva.

En tanto, Conmebol y UEFA como gesto de distanciamiento este lunes no puso en línea para el Summit a sus presidentes Alejandro Domínguez y Aleksander Ceferin delegando la representación de ambas confederaciones en sus secretarios generales, José Manuel Astigarraga (junto a Nery Pumpido) y Theodore Theodoridis (junto a Zvonimir Boban).

En la recta final del año fue el propio Infantino que realizó una gira por cinco países sudamericanos y fue recibido para escuchar la propuesta de FIFA aunque luego Conmebol se expresó en bloque con un rechazo a la opción de un Mundial bianual.

El mes pasado quedó flotando en el aire que el desplante del presidente de la FIFA a las finales únicas de Libertadores, Sudamericana y Libertadores Femenina en Montevideo haya sido un gesto de enojo a esta firme respuesta de las 10 asociaciones del continente.

Con ambas posturas absolutamente inflexibles el camino marca una ruptura en el horizonte, ya que sin las grandes potencias sudamericanas y europeas en los Mundiales bianuales la posibilidad de lograr el sustento económico anunciado por FIFA no será tal. Asimismo, Conmebol y UEFA aspiran -sin decirlo- a un acuerdo con la máxima autoridad del fútbol para alcanzar la globalización de su proyecto de Nations League.

Este proyecto que impulsa UEFA y acompaña Conmebol de poder realizar esta Nations League global a partir de 2014 cada cuatro año intercalada en los Mundiales es una posibilidad para evitar el cisma. Y ¿por qué no un Mundial cada tres años u alguna otra alternativa o variante? En esta línea aparece también como interrogante qué fue de la propuesta del Mundial de Clubes millonaria propuso Gianni Infantino y luego de la noche a la mañana despareció de la paleta de oportunidades

¿Y el resto del mundo? En la conferencia de prensa posterior al Summit quedó claro que África está preocupado por la calendarización de su torneo de naciones, que se disputa cada dos años, en el nuevo orden mundial que propone FIFA. Otro de los actores que se mantiene en tensa calma es Concacaf que también expresó su preocupación por las fechas en las que se disputaría su Copa de Oro.

En tanto, Asia y Oceanía son los dos bastiones que se mantienen fiel a la postura del Mundial bianual propuesto por FIFA y le brindan sus votos sin objeciones. 

La foto de fin de año no es nada alentadora de cara a un entendimiento y, en este contexto, la gran pregunta que flota en el aire del fútbol es ¿se llegará a una votación en el 72º Congreso de FIFA el próximo 31 de marzo en Doha?