[De la redacción de DOBLE AMARILLA] La puerta se abrió y tal como ratificó Guillermo en la conferencia de prensa posterior al triunfo ante Talleres, el sábado pasado catorce barras ingresaron al estacionamiento de Casa Amarilla y tuvieron un cara a cara con los jugadores. Los organismos de seguridad están investigando el caso y en una de las hipótesis figura que el que autorizó y agilizó a ‘Rafa’ Di Zeo y otros trece barras a ingresar al club fue el capitán Carlos Tevez.

“Pregúntenle al de Seguridad. Yo soy el DT y no abro la puerta”, fueron las palabras de Guillermo que lo alejaron de los 20 minutos de ‘charla’ que tuvo la barra con el plantel.

Según pudo saber Doble Amarilla, además de lo que trascendió de las exigencias de “más actitud”, “que dejen el puterío y que ganen la Copa Libertadores y la Superliga” en ese diálogo hubo una sentencia clara: “él (señalando a Carlitos) es nuestro ídolo y lo bancamos siempre”.

En este punto, los barras se refrieron a cierto cortocircuito entre Tevez y el colombiano Edwin Cardona y Pablo Pérez, este último con un desahogo desmedido tras su gol ante Talleres… ¿los destinatarios fueron aquellos visitantes inesperados del sábado y no los plateistas?

La reunión informal, que fue pactada el jueves tuvo un nexo con el plantel, y según confiaron importantes fuentes a Doble Amarilla, los organismos de seguridad (tanto de Ciudad como de Nación) creen que el ‘capitán xeneize’ tiene una aceitada relación con la barra.

Es más… en el club ya hacen la conjetura que el año pasado, con el ‘Apache’ en China la barra no ingresó nunca a Casa Amarilla y sus mensajes tuvieron que tener un interlocutor pero sin apariciones públicas dentro de las instalaciones.

Esta situación puso de manifiesto una guerra fría que existe en Boca entre Guillermo y Tevez, donde hay un acuerdo de convivencia pero donde todo el tiempo está la disputa del poder y la conducción.

El técnico, con el aval de Macri y la fortaleza que le da la antesala del bicampeonato, puja constantemente con el capitán regresado de China y que es el niño mimado de Angelici.

A esta pelea subyace algo más inquietante. Es sabido que Mauricio Macri tiene la decisión de ir a fondo contra los barras. Un argumento central que suelen esgrimir desde el entorno presidencial es que "con barras teniendo injerencia en los clubes es imposible que los empresarios inviertan en las instituciones si logramos instalar las Sociedades Anónimas deportivas". El Presidente no está para nada conforme con las libertades que tiene La Doce en el club y cree que Daniel Angelici se limitó a hacer un acuerdo de convivencia en lugar de combatirlas. Una muestra de eso se dio el año pasado. Cuando desde la secretaría que conduce Guillermo Madero se le aplicó el derecho de admisión a Di Zeo y otros violentos, el Secretario del club y delfín de Angelici, Christian Gribaudo, fustigó al funcionario por esa decisión en medio de una reunión con presidentes de varios clubes. Eso fue leído como fuego amigo entre quienes ecarnan la lucha contra los barras en Nación, más teniendo en cuenta que Gribaudo es funcionario del PRO en la Provincia de Buenos Aires. Hoy la tensión por la barra entre Nación y Boca es indisimulable. 

Parece que Boca no tiene paz aún cuando está en la previa de otro campeonato y lleva 476 días ininterrumpidos como puntero.