Se abre un nuevo panorama en la Liga Profesional de Fútbol. Después de la carta de Marcelo Tinelli, en la que convoca a elecciones para el 31 de marzo, queda en claro que la Primera División del fútbol argentino buscará evitar ir hacia una disputa que la dañe más institucionalmente.

Después del intento de golpe, se generó una gran grieta en los clubes de la Primera División que en los últimos días comenzó a cerrarse. Lo cierto es que la misiva del actual presidente hizo que bajara la espuma y que todos empezaran a pensar en nuevas autoridades.

En el escrito, Tinelli manifiesta que es “momento de estar todos juntos y solucionar los problemas del fútbol de Primera División” y por eso pone a disposición su cargo. La comunicación, dirigida a sus pares de Primera, contó con el aval de los 5 grandes e integrantes de la Mesa Directiva.

Tal como anticipó Doble Amarilla, hoy en día hay dos bloques. El que quiere el consenso aglutina a unos 20 clubes, entre ellos River, Boca, San Lorenzo, Independiente y Racing. También a tres de los miembros de la actual Mesa Directiva: Atlético Tucumán, Banfield y Vélez. El candidato más firme de este grupo, que tiene como objetivo una lista de unidad, es Sergio Rapisarda, según un sondeo hecho por Doble Amarilla.

El mandamás de Vélez es el elegido porque sus pares entienden que conoce la Liga por dentro, ya que lleva tiempo como secretario del organismo. Este bloque asegura que debería darse una continuidad a los miembros de la actual gestión para que se complete el mandato. Y, en ese sentido, el visto bueno lo tiene el líder del Fortín. Además, cuenta con el apoyo de los 5 grandes, tiene vínculo con sus pares de la Mesa y no posee vinculaciones políticas. Según le confiaron a Doble Amarilla, lo ven como una persona seria, que además dirige un club que luce ordenado y sin problemas de índole económica y financiera.

Del otro lado, están los que lideraron el intento de golpe institucional: Argentinos, Lanús, Godoy Cruz y Gimnasia. A ellos podrían sumarse otros, como Barracas Central. Ese bloque tenía como candidato a Cristian Malaspina, quien intentaba liderar la transición. Pero el presidente de Argentinos en el poroteo se quedó corto y hoy parece no tener chances. A eso se suma que la buena relación que tenía con Alberto Fernández ya no es tal. El Presidente se enojó mucho con Malaspina por su intento de derrocar a Tinelli y se lo hizo saber en dos oportunidades. Políticamente, Malaspina se refugia hoy en parte de La Cámpora.

Este sector buscará fragmentar el arco político en dos y, en el llamado a elecciones, proponer más de un candidato. Si esto sucede, habrá tiempo hasta el 1 de marzo para presentar una segunda lista. El reloj, en marcha.