La familia Segura dejó el poder en Argentinos allá por 2015, aunque en ese momento Luis Segura jamás pensó que iba a ser para no volver más al club de sus amores. El entonces mandatario del Bicho pidió licencia a mediados de 2014 para asumir la presidencia de AFA tras la muerte de Julio Grondona. En la Comisión Directiva del club quedó su hijo Luis Fernando. Sin embargo, los Segura concentraron sus ambiciones en seguir al frente de Viamonte, aunque la película tiene un final conocido. Elecciones fallidas, empate en 38 votos y nuevo consenso para que Carlos Chiqui Tapia sea electo presidente de AFA.

A fines de 2015, sin un candidato propio, Segura fue testigo de cómo el apellido desaparecía del club por primera vez en 14 años. Cristian Malaspina llegaba a la presidencia y en cuarto años de gestión terminó de borrar el apellido Segura del club. Un ascenso, una economía que pasó de estar al borde de la quiebra a ser superavitaria le valieron el reconocimiento para a fines de 2019 ser reelecto sin oposición.

Sin embargo, el apellido Segura vuelve a rondar por la Paternal, pero esta vez detrás de un polémico embargo contra el patrimonio del club y de un pedido de inhibición por una deuda millonaria que data precisamente de la gestión de Luis Segura.

¿Cómo es la situación? En 2015 cuando se terminaba el mandato de Luis Segura al frente de Argentinos, el club emitió una serie de cheques por $20 millones.El beneficiario de esos cheques era la financiera Credibel. El objetivo era saldar con eso valores una deuda que tendría el club con esa financiera. Esos cheques que fueron librados por la Comisión Directiva tenían un grave defecto: habían sido firmados por Luis Segura, cuando ya estaba de licencia y había dejado la presidencia en manos de Rubén Forastiero. Esa licencia pedida para asumir la presidencia de AFA incluía la quita de la firma en el club.

Al asumir Malaspina, la situación era caótica producto de una complicada herencia. El club estaba prácticamente quebrado con una deuda que ascendía a unos u$s20 millones. Para colmo empezaron a ingresar los pedidos de cobro de esos cheques. Al tener defectos de forma, los bancos los rechazaban automáticamente. Sin embargo, mediante pedidos a la Justicia, el club tuvo que empezar a hacer frente a esos pagos.

Ante la angustiante situación económica, el presidente de Argentinos decidió encarar una negociación con los acreedores para intentar lograr una quita y un nuevo plazo de pago para que esos cheques no erosionaran más la delicada economía. En ese momento empezaron a aparecer las sorpresas. La primera fue que ya Credibel no tenía esos cheques, sino que esos valores habían transferidos a una persona física. Así fue que Sergio Olivetto, un monotributista según AFIP, pasó a ser uno de los principales acreedores de Argentinos Juniors. La segunda sorpresa es que en la mesa de negociación, junto a Olivetto, se sentó nada menos que Luis Fernando Segura, hijo de Luis Segura y miembro de la última comisión directiva que tuvo a su padre como cabeza. En ese momento se encendieron las alarmas en el club. ¿Qué tenía que ver la familia Segura con el nuevo acreedor de Argentinos? ¿Por qué el hijo de Segura quien firmó esos cheques ahora negociaba en nombre del acreedor? Las dudas sobre esos cheques llegaron al punto que fueron incluidos en la investigación de la jueza Servini sobre el destino de los fondos del Fútbol Para Todos, causa por la que justamente Luis Segura está procesado y se encamina hacia juicio oral.
     
En esa negociación, Malaspina logró una fuerte quita pero la deuda pasó a nominarse en dólares. Los $20.000.000 pasaron a ser $13.000.000, pero dolarizados quedaron en u$s1.000.000 y el vencimiento de la deuda pasó a septiembre de 2019. Al frente de esa negociación, por el lado del acreedor, estuvo siempre Luis Fernando Segura. En esa negociación el interés de los Segura para que se cierre fue tan grande que hasta se comprometieron en no ejecutar una deuda documentada que la familia tenía con el club. Se trata de una pagaré de u$s391.000 documentado por el mismo Segura cuando era presidente que generó revuelo entre los socios cuando la entonces flamante comisión directiva encabezada por Malaspina presentó una auditoría sobre el período anterior. 

Sin embargo, lo que Segura omitió decir es que ese documento estaba como garantía dentro de la operación de venta de Ciro Rius a Defensa y Justicia. En esa venta nunca se liquidó el pago a quienes tenían 50% del pase del jugador por lo que los representantes del futbolista accionaron legalmente pidiendo la quiebra del club. En 2017, de las arcas de Argentinos tuvieron que salir los casi u$s400.000 para levantar esa deuda. Nuevamente una operación polémica en torno a Segura. ¿Por qué una deuda personal documentada en su propia gestión pasaba a ser garantía en el pago a los representantes de un futbolista? Al menos dudoso.

Los Segura, en las sombras de un polémico embargo contra Argentinos Juniors

A fines del año pasado Argentinos se encaminaba a nuevas elecciones. Malaspina estaba decidido a ir por un nuevo mandato con un panorama de lograr un caudal de votos histórico producto de 4 años de gestión en los que el club recuperó la categoría, se consolidó en Primera, empezó a jugar copas internacionales y su economía pasó a ser superavitaria. Sin embargo, semanas antes de las elecciones comenzaron los intentos por embarrar la cancha de una parte de la oposición mediante los viejos cheques negociados por el hijo de Segura y por una extraña denuncia contra la comisión directiva.

Como en todas las instituciones, la devaluación hizo casi impagable todas las deudas den dólares. Ese u$s 1.000.000 que en 2015 equivalían a $13.000.000 pasan a ser ahora unos $83.000.000. Cuando promediaba 2019, el club, como otras instituciones, intentó empezar una negociación sobre esa polémica deuda. Sin embargo, el tenedor de esos cheques, vencido el plazo de pago, se presentó ante la Justicia y ante AFA a pedir la inhibición general del club y el embargo de sus cuentas.

El embargo de las cuentas significa la parálisis de un club. Lo imposibilita a pagar sueldos a jugadores y empleados o a cobrar ingresos provenientes de sponsors, trasferencias o el esperado dinero de TV que mes a mes liquida la Superliga a las instituciones. Mediante una presentación ante la Justicia, Argentinos logró que se levantara el embargo de las cuentas y que se trasladara al predio de la sede social del club. Todo a poco de las elecciones.

Al mismo tiempo, las dirigencia de Argentinos fue denunciada ante la Justicia por una supuesta defraudación al club en la cesión de derechos económicos de Matko Mijael Miljevic, un juvenil de 20 años que nació en Miami y participó en un puñado partidos en la actual Superliga. La demanda también hablaba de los pases de Alexis Mc Allister y de Nicolás González. Esa denuncia provocó el allanamiento del club justamente a días de los comicios. Días más tarde la propia familia del jugador (supuestamente también damnificado) aclaró que la operación fue dentro de lo acordado y enmarcó la causa dentro de una operación política. “Nos gustaría como familia saber quién realizó la denuncia y si son maniobras políticas”, dijo la madre del jugador en una entrevista. Un dato curioso es que esa denuncia fue hecha por un socio que al momento de presentarse ante la Justicia tenía apenas un mes de antigüedad. Hoy, a menos de dos meses de ese allanamiento, la causa se encamina a quedar en nada por falta de sustento.

Intento de suspender las elecciones

En Argentinos están convencidos que el pedido de inhibición, el embargo de sus cuentas y la denuncia por la supuesta defraudación al club en la venta de juveniles fueron una maniobra que tenía un único objetivo: suspender las elecciones e impugnar al oficialismo. Una alta fuente de la Justicia confirmó a "Doble Amarilla" que un importante ex dirigente del segurísimo presentó informalmente ante IGJ el caso para tantear la posibilidad de que los comicios quedaran en suspenso. La respuesta fue negativa, la oposición no logró unificarse en ningún candidato y Malaspina fue reelecto por cuatro años más.

¿Pero quiénes están detrás de estos movimientos? En el mundo de Bicho todos apuntan a dos nombres: Luis Segura y Diego Garófalo. Este último fue el primer vicepresidente de la gestión de Malaspina, pero fue perdiendo consenso en la comisión directiva producto de una serie de actos cuestionables por muchos de sus pares. Previo a los comicios, el oficialismo armó la nueva lista que iba a competir por revalidar el poder y se decidió dejar afuera a Garófalo. El cuestionado ex vice intentó armar un frente opositor a días de los comicios y se cree que es el cerebro detrás de la denuncia por la venta de juveniles.

Por otro lado, en el club están convencidos que el pedido de inhibición hecho por Olivetto tiene a Segura detrás. Todos recuerdan que fue su hijo, Luis Fernando, quien negoció personalmente el pago de esa deuda. 

¿Se ilusiona Segura con volver a Argentinos o tener un lugar de peso en el fútbol? Quienes lo conocen bien dicen que quiere una revancha, aunque él mismo dijo hace dos años que no quería volver más porque su salida con el 38-38 y el procesamiento en la causa FPT lo dejaron muy mal. 

En los próximos días habrá una instancia clave para que Argentinos pueda zafar del embargo. En  una audiencia se verán las caras el club y el acreedor para intentar renegociar los pagos y el monto. ¿Irá nuevamente Luis Fernando Segura a negociar por los intereses de quien embargó al Bicho?