(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Daniel Angelici es un dirigente con peso propio. Representante de Boca y con contactos variados, su presencia en la escena dirigencia o mediática no pasa desapercibida. En los últimos meses, su perfil ha sufrido cierta desmejoría entre los directivos del fútbol argentino

No son pocos los que señalan que el mandamás de Boca no cumple con su palabra. Y eso ha generado que le vayan teniendo cierta desconfianza a la hora de las charlas o meetings dirigenciales. Lo primero que le endilgan, es que en ocasión de la final copera entre River y Boca, sostuvo a rajatabla su postura de querer jugar el partido, y luego, fue llevando la situación a una postergación del partido revancha en Buenos Aires y luego, una constante novela en cuento a reclamos en el TAS y demás.

Todos los dirigentes recuerdan que dio su palabra, en privado en el Monumental y en público ante los medios, que el partido se iba a jugar en Nuñez, y al día siguiente, cambió de postura. 

Otros, le remarcan sus palabras en el Savoy hace unas semanas, cuando confió que se iba a lograr la quita de los promedios. El proyecto de cambiar el método de los descensos iba a ser motorizado por el propio Angelici y a las pocas semanas "se dio vuelta", dicen los directivos. 

Por último, la situación vivida entre el presidente de Boca y su par de Gimnasia, Gabriel Pellegrino, terminó de llamar la atención en aquellos que tenían o tienen cierta cercanía con el 'Tano'. El dirigente platense es de los de más llegada al boquense y muchos se sorprendieron por la situación vivida. El presidente de Boca llegó a un acuerdo con el representante del venezolano Hurtado, mientras Gabriel Pellegrino, mandatario del Lobo, se encontraba en Italia intentando cerrar la venta del delantero al Genoa.

La diferencia de las ofertas de un equipo y el otro, son considerables: Boca ofrece U$S 5.000.000 brutos, mientras que los italianos ofrecen U$S 9.200.000. El jugador presiona para ir a Boca, lo que le ha generado un problema más que importante a Gimnasia. Así las cosas, Angelici pierde imagen en el grupo de dirigentes, muchos lo miran de reojo y ya no confían tanto en él como confiaban antes.