(De la redacción de DOBLE AMARILLA) El martes no será solamente una nueva definición superclásica, sino que también habrá definiciones políticas. Las elecciones en el Xeneize están calientes como nunca antes y el macrismo teme perder su trono. El oficialismo tiene en claro que una nueva eliminación ante River por Copa Libertadores será probablemente el fin de la gestión. En ese contexto, Marcelo D'Alessandro, Secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, tuvo declaraciones desafortunadas adjudicando posibles incidentes en la Bombonera a la oposición.

D'Alessandro habló en Radio La Red e intentó instalar una incógnita para sembrar miedo previo al partido: "El club está en un proceso electoral, espero que los dirigentes no sean irresponsables y no intenten sacar alguna ventaja mediante la violencia", lanzó el funcionario de Larreta.

Las declaraciones del Secretario de Seguridad muestran al menos irresponsabilidad al no apellidar concretamente a la oposición y dar indicios ciertos sobre los supuestos vínculos con eventuales incidentes. Sus comentarios parecen más amenazas de campaña que trabajo de inteligencia.

D’Alessandro conservó su cargo pese al bochorno de la Superfinal de vuelta del año pasado. Aún al día de hoy hay serias sospechas respecto a la seguridad. Ese día el control del operativo lo tenían las fuerzas de la Ciudad comandadas por Martín Ocampo, histórico hombre de Daniel Angelici. Desde la seguridad de Nación están convencidos que ese operativo tuvo fallas tan graves (advertidas previamente) que es prácticamente imposible que no hayan sido azarosas. La exportación de la final a tierras españolas terminó por costarle el cargo de ministro de seguridad porteño a Ocampo. Sin embargo, D’Alessandro siguió. Hay quienes dicen que su "madrina", la jueza María Romilda Servini, tuvo mucho que ver en que no sea desplazado.

Imprudentemente, ahora D'Alessandro se mete en la interna de Boca jugando para Angelici y acusando a la oposición. Pero no sólo es una cuestión política, sino que también agregó una dosis de "terrorismo" para con el hincha de Boca en un tema tan trascendental como la seguridad. Poco serio.