(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Claudia Giaccone, diputada de la Provincia de Santa Fe e impulsora de la Ley de Derechos de Formación Deportiva, habló en exclusiva con Doble Amarilla tras el fallo que condenó a River contra Unión de Totoras por Nicolás Domingo.

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil se expidió el pasado martes 23 de abril y confirmó la sentencia de la primera instancia: el club de Núñez deberá pagarle el 3,5% del valor del contrato firmado por el jugador en 2015 a la institución santafesina.

Unión de Totoras comenzó la demanda en 2017 y se apoyó en que el contrato que firmó Domingo en 2015 se dio tras la sanción de la Ley de Derechos de Formación Deportiva (Ley Nacional 27.211), que entró en vigencia en noviembre del mismo año.

La entrevista completa, a continuación:

- DOBLE AMARILLA: ¿Qué implica el fallo a favor de Unión de Totoras por los derechos de formación de Nicolás Domingo?
- CLAUDIA GIACCONE:
Implica que la Justicia, definitivamente, nos dio la razón. El fallo de segunda instancia, que ya es inapelable, dice lo que siempre dijimos: que hay que cumplir con la compensación y con el derecho de los clubes a recibir dicha compensación por la tarea de formación que realizan. Es un derecho irrenunciable que tienen las asociaciones, las cuales realizan una gran inversión y nunca han recibido ninguna contraprestación. Con el fallo, la Justicia termina de desterrar y tirar por la borda todos los argumentos que se tenían para desmerecer la ley, ocultarla o evitar que se aplique. Esta lucha terminó siendo judicial, pero no debió haberla sido. Creo que lo que pasó es una excelente noticia para los clubes formadores de todo el territorio nacional, grandes y chicos.


- DA: ¿Cuánto importa el fallo como precedente para futuros casos?
- CG:
Importa especialmente porque reafirma la vigencia de la ley. Además, marca que ya no puede esgrimirse ningún artilugio para evitar que sea cumplida. Queda absolutamente claro que este es un derecho que debe cumplirse a la hora de los reclamos. Esta es una lucha que lleva más de 18 años. Desde que se sancionó la ley, también hubo una pelea de tres años para que se aplique, ya que se demoró por distintos argumentos. Finalmente, con un fallo contundente que fortalece nuestros argumentos y que es muy fuerte por parte de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, queda claro que la ley está por encima de cualquier reglamento o estatuto.


- DA: ¿En qué afecta el dinero en cuanto recurso para las instituciones formadoras?
- CG:
Es un piso que garantiza el mantenimiento de la función social que cumplen los clubes en las diversas localidades y en los distintos barrios. A pesar de cualquier  reglamento o norma que esté en contra de la ley, se prioriza la ley. Beneficia a los clubes contra cualquier tarea de especulación o búsqueda de beneficio propio de quienes reciben a un deportista totalmente formado en las condiciones óptimas para la competencia profesional  sin haber invertido nada. Para mantener esas canteras, que encima están pasándola muy mal con los tarifazos y la realidad económica, este recurso legítimo se hace fundamental. También hay que recordar que el dinero sirve para sostener la función social que tienen y es una manera de garantizar que se sigan formando deportistas para la competencia profesional.


- DA: ¿Se abre un nuevo panorama de acá en adelante para los clubes del Interior y de barrio especialmente?
- CG:
Es el panorama que debió ser desde que se sancionó la ley. Cuando sacamos esta ley por unanimidad, nadie pudo oponerse. Nadie pudo decir que no correspondía el derecho. Salió por unanimidad: o porque estaban todos convencidos o porque era difícil decir que no correspondía dar lugar y reconocer el derecho. Tardó años en aplicarse por puja y presión de los intereses más fuertes, sobre todo de los ligados al negocio del deporte y de la competencia profesional. Lo cierto es que nadie está en contra, con lo cual se perdieron tres años y medio valiosos, ya que todo esto pudo ser como ahora desde un primer momento. Esta normativa protege a los clubes, tanto a los chicos como también a los grandes con canteras y escuelas de formación. La ley 27.211 es extremadamente justa.