(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Llega fin de año y es momento de balances, inevitables y necesarios. En "Doble Amarilla" hacemos el balance del año futbolístico y de la rosca. El 2018 dejó grandes (grandísimos) ganadores y grandes (grandísimos) perdedores. Por rendimientos deportivos, por valía dirigencial, por haber sido hábiles para encauzar situaciones endebles, varios ganaron. Por perder en la cancha, en los escritorios y en la rosca interna, muchos han sufrido derrotas mucho más duras de lo que hubiesen imaginado. También hay un pequeño grupo que no llegó a ganador, pero supo a mantenerse a flote como para no recibir al 2019 en el bando de los "perdedores". Conocelos uno por uno. 

LOS QUE GANARON EN 2018

Claudio Tapia (Presidente de la AFA): Tuvo un año políticamente redondo. Llegó a la vicepresidencia de Conmebol y logró que Argentina vuelva a tener una silla en FIFA tras una jugada de pinzas. Supo surfear la tensión River-Boca, pese a los tirones de ambos equipos. Resistió el embate de Angelici y, luego, hábilmente, logró neutralizarlos. La mayoría de ellos tuvieron lugar tras el Mundial de Rusia. Incluso, consiguió que el “Tano” por momentos deba recostarse sobre él. El sinsabor fue, sin dudas, la Selección Argentina y su papel en el Mundial. Tapia había puesto gran cantidad de fichas en ese casillero. Muchos, tras la Copa del Mundo pensaron que el cargo de Chiqui podría estar en riesgo, pero terminó empoderado. En 2018, la AFA terminó de consolidar su recuperación económica y presentó un balance superavitario.

Rodolfo D’Onofrio (Presidente de River): River el equipo más ganador del año. Ganó la Supercopa Argentina ante su gran rival en el primer gran objetivo del año. En el segundo gran objetivo (Copa Libertadores) repitió título también ante Boca, girando la historia y poniendo a River por encima de los xeneizes en finales ganadas. Fue un año en el cual D’onofrio se permitió empezar a pensar fuerte en la política. Codiciado por varios partidos, por ahora optó por generar un espacio propio. Habrá que ver si finalmente da el salto y compite por un cargo ejecutivo, algo que debería decidir no más allá de marzo. Tuvo un año superlativo en la rosca deportiva opacado por la pérdida de localía en la final de la Libertadores. El único gris fueron los problemas financieros que sufrió su club en el año, corregidos en gran parte por la victoria en la Copa Libertadores.

Mariano Elizondo (presidente de la Superliga): El presidente del ente sigue encarando una transformación en el fútbol argentino, pero por los mismos vaivenes económicos del país y políticos de los clubes no es tan rápida como se pretendía. Consiguió recursos para las instituciones, inclusive desarrollando negocios innovadores. Sufrió el hecho que el gobierno le intente imponer las Sociedades Anónimas Deportivas entrando por los clubes de Primera y padeció la amenaza de la derogación del decreto 12/12. A fin de año, Superliga fue muy golpeada por las decisiones unilaterales de CONMEBOL, las que le generaron un gran perjuicio. No logró reunir el peso político para torcerlas, pero si se plantó ante el ente sudamericano. En el barro político tuvo un buen desempeño. Siguió la senda de la buena relación con AFA, neutralizó los ataques de algunos presidentes y no cedió ante el poderío de River y Boca imponiendo, por ejemplo, la organización de un fixture equilibrado. En 2019, buscará terminar de cristalizar los cambios. 

Atlético de Tucumán y San Martín de Tucumán: Los dos están en Primera y disputan la Superliga. Sus canchas revientan y las economía de ambos clubes lucen sólidas. En las dos veredas, incluso desde sus futbolistas, están jugando fuerte políticamente, como el caso del “Pulguita” Rodríguez y el “Bebe” Acosta del Decano que irán por probablemente cargos electorales en 2019.

Alejandro Nadur (Presidente Huracán):  Fue ganador, pero tambié perdedor. El club resurgió, hizo un buen equipo en lo deportivo y mantiene a la institución ordenada. Compra bien, juega copas, pelea a la par de los grandes (como su archirival San Lorenzo) y el 2019 luce muy auspicioso. La gestión le dio orden al club, pese a los embates que ha sufrido de afuera de un “aliado” como es Boca. El Xeneize le ha disputado jugadores e incluso, le ha sacado el DT. Rápidamente encontró un reemplazo con Mohamed.

Sergio Rapisarda (Presidente de Vélez): El Fortín, un club que supo ser modelo, vuelve a reinventarse como en los ’90, con el modelo exportador. Apuesta a las Juveniles (Vargas, Almada, Giménez, Robertone) y obtiene resultados. Tiene un DT inteligente y moderno, entendiendo el fútbol que se viene y lo que el club necesita, que es seguir sacando talentos. Dejó atrás el miedo por el descenso y en el 2019, Vélez apunta a volver a pelear a lo grande superando también algunas lagunas económicas. 

Lucía Barbuto (Presidenta de Banfield): La primera mujer electa en un club de Primera en la historia, lo cual es un hito. Sus primeros meses de gestión mostraron una continuidad respecto a la gestión de Spinosa. El triunfo de Barbuto en Banfield no fue sólo para el club, empezó a abrirle la puerta a otras mujeres en un mundo siempre muy machista.

Federico Beligoy (Director Nacional de Arbitraje): Ganó su encarnizada lucha de poder con Horacio Elizondo. Convenció a Tapia y se quedó con todo el poder, empujando a Elizondo a Paraguay. Su gran deuda es quitar los claroscuros que hay en el arbitraje, principalmente en las designaciones. 

Fox-Turner (Dueñas de los derechos de TV): $450 por 12 meses, arroja $5400. Eso es lo que cada uno de los que tienen "pack Fútbol" pagará para ver la Superliga en 2019. Multiplicado por dos millones de abonados arroja una facturación de $10.800.000.000. Restándole los gastos de producción, el cannon de Superliga y lo que ceden a los cableros, ambas cadenas lograron ganar más de $5000 millones (más las facturación en publicidad). Así, el contrato con Superliga luce desactualizado (pese al ajusta inflacionario) ante semejantes números. Por esto, Fox y Turner son, por “escándalo”, los grandes ganadores y los dueños de la pelota . 

Rosario Central: El oficialismo retuvo el club ganando por amplia mayoría. Apenas meses después que Rodolfo DiPollina tomó la conducción, el club ganó la ansiada Copa Argentina, luego de tres finales perdidas. Es una institución que en SAF y AFA tiene su peso gracias a la gestión de Ricardo Carloni. Le espera un 2019 auspicioso, que contrasta con la realidad de su rival, que naufraga en una realidad complicada.

Guillermo Tofoni (Empresario): Relacionado con la Selección Nacional, Tofoni quedó totalmente exento de los coletazos del FIFA-Gate. Se reinventó, trazó una buena relación con la nueva conducción de AFA y organizó amistosos de la Selección para Adidas. Dicen que en 2019 va por más 

Cristian Bragarnik (Representante): Es el empresario del año. Es el representante que más jugadores hoy tiene y sus tentáculos alcanzan a casi todos los equipos. La experiencia con Defensa y Justicia le dio grandes frutos y este año, vía Angelici (con quien tiene una relación estrechísima), hizo pie en la Selección Nacional. Sus intervenciones en el extranjero, por ejemplo Unión la Calera de Chile, le dejan también su buen rédito. Es un empresario que estuvo cerca del proyecto de las SAD, como uno de los máximos interesados en acercar capitales privados al fútbol. Es quién más tiene para ganar en 2019. 

Martín Guastadisegno (Representante): Es el gran ganador de fin de año. Logró poner a dos de sus representados en lugares claves de Boca, como son Nicolás Burdisso y Anibal Matellán en la Secretaria Deportiva. Desde ahí puede empezar a construir un 2019 con más peso, no sólo en Boca, si no en otros clubes. 

Pablo Toviggino (Secretario Ejecutivo de la AFA): Supo contener una revuelta del fútbol del interior que no estaba de acuerdo con las modificaciones de los torneos y fue artífice de la rosca para llegar a la reestructuración de los torneos del fútbol argentino. Es clave en las mejores de las finanzas de la AFA. Es uno de los negociadores políticos más importantes de Tapia, no sólo con los clubes locales, si no también con CONMEBOL. 

Daniel Ferreiro (vocero de presidencia de AFA) Tuvo participación en rosca de Conmebol que llevó a Tapia a la vicepresidencia del ente sudamericano y trabajó en la sombras para la modificación de los torneos. Sus intervenciones mediáticas en momentos álgidos sirvieron de escudo para Tapia en momentos de zozobra.

LOS QUE EMPATARON EN 2018

Matías Lammens (Presidente de San Lorenzo): En lo deportivo, San Lorenzo no ganó nada. Inició el año con serios problemas financieros, pero tuvo la habilidad política de repatriar a Tinelli y que a través de eso empezar a repuntar. Hizo un cambio de DT que resultó positivo y en un año que se pensó que terminaría de manera desastrosa, logró equilibrar y terminar mejor de lo esperado. Este año, además, empezó a mostrarse abiertamente como un candidato a ser Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, decisión que aún no tiene completamente tomada.

Víctor Blanco (Presidente Racing): Gastó gran parte del dinero que ingresó al club por la venta de Lautaro Martínez en reforzar al equipo para intentar ganar la Copa Libertadores, pero cayó en octavos de final, ante River. El buen andar del equipo en la Superliga, lo hizo terminar el año bien y apuntar al 2019 con serias chances de quedarse con el torneo, al que le restan 10 jornadas.

Patricia Bullrich-Guillermo Madero: Fue un año en el cual se demostró que el programa "Tribuna Segura" es fundamental. El punto máximo fue en Rusia, donde casi no hubo barras y mucha tranquilidad. La mancha negra fue el Superclásico. Si bien la Ciudad estaba a cargo del operativo, desde las fuerzas federales cometieron el error de no cercar la zona por dónde pasó el micro de Boca y que generó la suspensión del juego. 

LOS QUE PERDIERON EN 2018

Daniel Angelici (Presidente de Boca): Es, sin duda, el gran perdedor del año, política y deportivamente. Logró el bicampeonato con Boca, pero era el torneo que menos importancia tenía. Llegó a la final de la Copa y la perdió con River, nada más y nada menos. Incluso, intentó ganarla por el escritorio, perdiendo en ambos frentes. No logró el mandato de Macri con las Sociedades Anónimas Deportivas y tuvo vaivenes en su relación con el Presidente de la Nación. Es el peor momento para Angelici y su imagen. Esto encendió las alarmas en el macrismo, que teme perder a Boca como bastión de poder. La única victoria sigue siendo la económica. Boca presenta números muy positivos, pero no le alcanzó ni para "empatar" el año. 

Alejandro Domínguez (Presidente Conmebol): Se perfilaba para tener un año político brillante, con la jugada estratégica que le aseguró su reelección en Buenos Aires. Quiere ser el sucesor de Infantino, pero sus defensas a ciertos personajes de las confederaciones, como Edwin Oviedo, más algunos errores en la intervención de la AUF lo dejaron mal parado. Además, los "horrores" cometidos durante la Copa Libertadores coronados con el bochorno de la final en Madrid terminaron configurando para el mandamás del ente sudamericano el peor año desde que asumió en la CONMEBOL.

Mauricio Macri (Presidente de la Nación): Tuvo tres claros objetivos en el año dentro del fútbol y fracasó en todos. El primero, imponer las SAD, un viejo anhelo suyo. No sólo no lo logró, si no que despertó la oposición de la mayoría de clubes, socios e hinchas. En la lucha contra la violencia tuvo altibajos, con “Tribuna Segura” como su pico más alto, pero el bochorno del Superclásico y los incidentes en All Boys volvieron a marcar que la vuelta de los visitantes está más lejos de lo que se pensaba. El tercer punto es la candidatura tripartita del Mundial 2030, que naufragó en la orilla. El mal momento económico del país y el haberle pedido dinero al FMI, lo obligaron a dar de baja el gran anhelo mundialista (algo que no se blanquea, pero que está decidido puertas adentro). No hay dinero para afrontar la infraestructura que requiere una Copa del Mundo. 

Alejandro Nadur (Presidente Huracán): También perdedor. Es hoy uno de los presidentes menos querido entre sus pares de Superliga, inclusive por encima de D'Onofrio y Angelici. Sus intervenciones en las reuniones de Comité Ejecutivo tuvieron tintes entre desopilantes y "faltas de código". Se peleó con presidentes, fue poco solidario con San Lorenzo (lo denunció por el pedido cuervo de no jugar de noche de local debido a la inseguridad en el Bajo Flores) y hasta llegó a denunciar en la Justicia a Pascual Caiella tras una áspera discusión en plena reunión de CD en Madero. Otro punto negativo de su gestión tiene que ver con la barrabrava que este año dirimió en la misma cancha una interna sangrienta que va más allá del fútbol. 

Hugo Moyano y Pablo Moyano (Presidente y Vice de Independiente): Hugo perdió mucha credibilidad por la causa de la supuesta asociación ilícita con la barra. Su hijo Pablo estuvo a punto de ser detenido, luego de pedido del fiscal Sebastián Scalera. El temor a terminar tras las rejas aún persigue al vicepresidente.  Tuvo un año muy flojo el club, la pelea Holan-Kohan terminó por resquebrajar al plantel y al cuerpo técnico. La injerencia de Fernando Hidalgo en los jugadores que salen y llegan al club, expusieron una cara débil de Moyano. Como si fuera poco, la fractura en la CD se notó más que nunca.

Juan Sebastián Verón (Presidente de Estudiantes): El "Pincha" no levanta en lo deportivo. Hizo ventas millonarias con Juan Foyth y Santiago Ascacíbar, pero no logró dar con los reemplazos que potencien el equipo y cuenta con un DT que parece interino. En este año se volvió a postergar el sueño del nuevo estadio y algunos dudan que se lleguen con los nuevos plazos.

Marcelo Tinelli (Vicepresidente de San Lorenzo): Quedó afuera del mapa del fútbol. Sin peso. Tiene una correcta relación con Claudio Tapia y Mariano Elizondo. Volvió a San Lorenzo a fin de año con un único objetivo: que el mal momento del club no opaque su imagen de buen gestionador de cara a su posible candidatura nacional en 2019. Para el año que viene, el Cabezón le apunta más a la TV y a la política que a la pelota. 

Juan Manuel Lugones (Titular de la Aprevide): Mirado de reojo, incluso, por la propia Gobernadora de la Provincia, María Eugenia Vidal. Siempre intenta hacer un marketing de sus acciones y mostrarse como un “sheriff” haciendo grandes redadas con los barras, que terminan con algún que otro cabecilla preso, pero sin atacar el problema de fondo. Este año se sumó un agravante y es que muchas de esas denuncias fueron por abuso de autoridad, en operativos con socios e hinchas que nada tienen que ver con la barra. Parece no poder controlar el accionar de la Policía bonaerense. Su mejor momento fueron las vacaciones que se tomó a mitad de año en Rusia para seguir a la Selección maquilladas con una supuesta gira laboral.

Nicolás Russo (Presidente de Lanús): Tras un 2017 glorioso, tuvo un 2018 para el olvido por el pésimo año deportivo. En medio de ese mar de fondo, debió dar marcha atrás en su pelea con José Sand, al que tuvo que repatriar con 38 años. Buscando que sea el "salvador", pero también en una movida más bien “populista” para recuperar imagen positiva. Encara un 2019 con mucha incertidumbre en un club que hasta hace un año era una potencia deportiva y hoy está obsesionado con salvarse del descenso. 

Newell’s: Mientras Central volvió a ser campeón tras varios años, la Lepra tuvo un año muy arduo en lo deportivo y dirigencial. Perdió su batalla en los Tribunales de AFA, con la quita de puntos que hubiesen sido fundamentales para que le ingrese más dinero. Tiene un presidente como Bermúdez, que es, probablemente, el que goza con menos popularidad de sus socios en toda la Superliga. Enfrenta un 2019 con mucha incertidumbre, más allá de la anunciada vuelta de Maxi Rodríguez. 

Luis Segura (Ex Presidente de la AFA y de Argentinos): Tuvo un año para el olvido. Desapareció de la AFA y de Argentinos Juniors. Su desaparición no fue completa, ya que la Jueza Servini de Cubría lo envío a Juicio Oral en la causa por el desvío de dinero del “Fútbol para Todos”, que lo tiene como uno de los más complicados. 

Torneos. Más allá de que no pierde vigencia, los cambios en el negocio de la pantalla lo dejaron enfrente de jugadores que fueron demoliendo su monopolio. Hoy enfrenta un posible cambio de accionistas y hasta de nombre. Cuando vio débil a Tapia, intentó voltearlo en pleno Mundial de Rusia. Ese movimiento en falso casi le cuesta su único gran tesoro: los derechos sobre la Selección Argentina, negocio que igual luce incierto...